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Darme mi lugar

No se trata de un lugar

manuelita otero

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Los lugares son importantes. No tanto por lo que son en sí, sino por lo que allí ocurre. Para un momento y devuélvete en el tiempo. ¿Hay algún lugar que venga a tu mente que ponga una sonrisa en tu cara? De pronto un recuerdo específico es tan real que cuando cierras tus ojos te transportas en el tiempo. De pronto recuerdas un lugar por las cosas que pasan diariamente como tu rutina de desayuno o de pronto por la canción que te ponían tus papás para ir a dormir. Cada momento que vivimos -los grandes eventos y las cosas simples del día a día- tienen la posibilidad de ser un recuerdo especial que vamos a valorar en el futuro.   

Los recuerdos ocurren en lugares y los investigadores han intentado descubrir si hay una razón por la que recordemos unos lugares más que otros. Están estudiando cómo el contexto en el que se forman los recuerdos influencia nuestra capacidad para poder luego recordarlos, valga la redundancia. Esto se conoce como la Teoría de la Vinculación Contextual. La capacidad de recordar se afecta por el contexto de representación que incluye elementos internos y externos. No sólo se trata de un lugar, también del estado mental en el que estemos. Como nos estemos sintiendo, le va a dar a ese momento un elemento de contexto. Esto me recuerda la importancia y el impacto que tiene en nuestras vidas vivir el momento y tener conciencia del presente en el día a día. Estar presente en el momento necesita ser nuestra prioridad en todo lo que hacemos, esto beneficia a las personas involucradas, empezando por nosotros mismos. 

Ser intencionales en un momento puede impactar de forma positiva la vida de otras personas sin que siquiera lo notemos, tanto a las que amamos como a los extraños que seguramente no vamos a volver a ver. Muchas veces cuando entramos en un cuarto o una sala no nos tomamos unos instantes para observar el lugar, notar los detalles y escuchar los sonidos alrededor nuestro. Estamos robándonos a nosotros mismos experiencias y recuerdos futuros por estar haciendo muchas cosas a  la vez y corriendo a cada momento. Creemos que la productividad es hacer muchas cosas, pero con esa mentalidad estamos sacrificando experiencias importantes. 

Piensa en el último lugar en el que estuviste antes de leer esto. De pronto era otro espacio diferente en tu casa o estabas en el supermercado. ¿Te acuerdas del sentimiento que tenías cuando entraste a ese lugar? ¿Puedes describir 5 objetos que hayas visto? Si estabas afuera, ¿notaste las personas que estaban allí?¿Miraste el lugar como un “todo”? ¿O simplemente entraste e hiciste rápidamente lo que tenías que hacer y ya?

Estar presente en el momento, así de maravilloso como suena, es difícil. Requiere practica y no hay mejor tiempo para empezar que ahora mismo. Toma nota de tus “roba momentos”. ¿Qué está robando tu atención a lo largo del día? ¿Estás intentando hacer multitareas? ¿Estás corriendo de una actividad a otra porque sientes que es simplemente parte de tu rutina diaria y no merece toda tu atención?

Usa tus sentidos cuando entres a un nuevo lugar. Nota los detalles, engánchate con las personas que están ahí. Depende de ti absorber completamente cada momento y regalarte la oportunidad para continuar creando grandes recuerdos en los lugares que visitas. ¿Lo que te está robando la posibilidad de estar presente en cada momento es realmente importante? ¿Va a importar mañana? Si no es así, vive plenamente el presente porque es todo lo que tienes. 

Manuelita 


¡Que la próxima persona que sorprendas seas tú!

manuelita otero

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¿Alguna vez has comprado esas pequeñas sorpresas que que son muy típicas de las ferias de pueblo? Sí, esas que tienen papeles de colores llamativos, que suelen ser pequeñas, económicas y que contienen cosas sencillas como llaveros o dulces. 

Cuando mi esposo y yo éramos novios visitábamos una tienda de accesorios -que aunque no estaba en una feria sino en un centro comercial-, siempre tenía un tarro de vidrio con sorpresas al lado de la caja. Yo amaba la experiencia de llegar a la caja a pagar sólo para darme el gusto de comprarme una sorpresa justo en el último momento y aún recuerdo mi cara de ponqué acompañada de un tris de nervios por saber qué me iba a salir. De hecho, muchísimas veces entré sólo por el placer de comprarme una “sorpresita”, así no necesitara entrar a hacer nada más. A veces me salían cosas bonitas, a veces me salían aretes y pulseras horribles, pero era tan emocionante destapar la sorpresa, que valía la pena hacerlo.

En esta época de cuarentena que estamos viviendo en Bogotá desde hace más de 10 días, he pensado mucho en mi casa, en lo que tiene, en lo que creo que le hace falta en cuanto a muebles, decoración y arreglos; en qué cambios necesito hacer cuando se pueda y en cómo quiero que sea mi próximo espacio. Pero en medio de todo esto, definitivamente en lo que más he pensado es en cómo quiero llenar mi casa de sorpresas estilo feria o de pequeños tesoros escondidos cuando todo esto acabe o si quiera se normalice un poco. 

He caído en cuenta del valor gigante que tiene tener cosas “escondidas” o “guardadas” o “sin usar por un buen tiempo” que nos puedan sorprender y entretener cuando menos lo esperemos, y tal vez, más lo necesitemos. ¿Qué tal ingredientes diferentes a los que siempre usamos para tortas o cupcakes? ¿Qué tal un libro sorpresa sin abrir? (En Bogotá hay librerías que tienen libros a muy buen precio que compras a ciegas) ¿O qué tal libretas lindas sin usar guardadas por ahí porque sí? ¿Qué tal cosas de papelería raras para hacer tarjetas? ¿Qué tal aretes o maquillaje sin usar? Mejor aún, ¿qué tal si volvemos un hábito familiar el esconder cada que podamos pequeños tesoros y sorpresas que nos puedan sacar de la rutina? No se trata de desperdiciar, ni de comprar por comprar; se trata de que nuestra casa también se convierta en ese tipo de lugares que nos pueden sorprender. 

Creo que para muchos ha sido inevitable agradecer con más sinceridad el lugar que tenemos para dormir, descansar, trabajar, comer, jugar o hacer ejercicio en medio de este aislamiento social. Creo que muchos hemos redescubierto espacios, hemos arreglado y desarreglado rincones y hemos optado finalmente por reconciliarnos con los defectos o las incomodidades que nuestro hogar pueda tener. Y, en medio de todo este sentimiento colectivo de gratitud, estoy segura de que, sin necesidad de ser costosas, estas sorpresas coquetas en nuestras casas, en tiempos difíciles como los que estamos viviendo, nos sacarían a los adultos una sonrisa genuina de niños. Además, serían un increíble salvavidas para papás y mamás que tenemos que pasar con nuestros hijos épocas de encierro obligado. 

Tengo una chiquita de 8 años que gracias a Dios todavía se sorprende con cosas sencillas. La semana pasada, en medio de esto tan duro que estamos enfrentando, la sorprendí con una mezcla para preparar brownies que ella no sabía que estaba en la alacena. Nunca olvidaré cómo desde el fondo de su alma dijo: “mami te amo, eres la mejor”. De verdad, fue casi como si le hubiera regalado el último juguete de moda o la tablet que tanto quiere. 

Claro, no sobra mencionar que como ahorita no es que podamos salir mucho por cosas nuevas, sí podemos esculcar nuestras alacenas, nuestros garajes, nuestros closets, nuestros cajones, nuestras bibliotecas y mirarlos con otros ojos para ver con qué sorpresota nos podemos encontrar y, por supuesto, distraer. O, lo mejor, podemos alegrarle el día a uno de los nuestros.

Ana

Trabaja para que tus sueños grandes también se cumplan

manuelita otero

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¿Cuándo fue la última vez que soñaste algo grande? ¿Cuándo fue la última vez que trabajaste para alcanzar un sueño? Hacer los sueños realidad no ocurre como en las películas o en los cuentos de hadas. En la vida real hay un proceso día a día que pareciera no ser ni tan emocionante ni tan romántico.

Alcanzar tus sueños requiere muchísimas horas, planes, listas de cosas por hacer, intentos fallidos, miedos, coraje y nuevas oportunidades. Una montaña rusa de emociones que vale la pena montar porque al final sí logras alcanzar tu sueño o porque quedas tranquila al saber que lo diste todo y que te pudiste dar cuenta que ese no era el plan final para tu vida. Y eso no es necesariamente malo. Los sueños también evolucionan y, a veces, lo que creías que querías era solo un trampolín para lo que necesitabas.

Mi hija y yo tenemos un sueño en este momento: queremos comprar una casa. De pronto comprar una casa para muchas personas no es una gran cosa. De hecho, es lo que se espera que la gente haga en una determinada etapa de su vida, pero para otros no es tan fácil. Para hacer nuestro sueño más interesante, queremos comprar nuestra casa pronto y con ciertas características que definitivamente queremos que tenga. No tenemos la plata que se necesita ahora y sabemos que el tiempo que nos propusimos es corto, pero eso es lo que justamente hace del sueño algo mucho mejor. Sentimos que es el momento y que es una decisión sabia, así que nos estamos moviendo hacia el objetivo. Pero un sueño no es suficiente, y un plan sólo es bueno cuando se lleva a cabo. Las cosas no ocurren sencillamente, tenemos que encontrar una forma para que ocurran. Entonces, si tienes una idea rondándote la cabeza, hazte las siguientes preguntas:

¿Es esto lo que realmente quiero hacer? ¿Por qué?

¿Es el momento adecuado?

¿Por qué estoy interesada en esto ahora?

¿Hay alguna forma de que ocurra? ¿Cómo?

Piensa, planea y haz. Suena simple y, de cierta forma es simple, pero no fácil.

A lo mejor no quieres comprar una casa, de pronto tu sueño es lanzar esa música en la que has estado trabajando por años, o es viajar por el mundo, o volver a estudiar, o empezar nueva carrera, o tener tu propio negocio. Sea lo que sea, recuerda aferrarte a él y no dejar que el tamaño del sueño te desanime. Por el contrario, deja que te inspire. Deja que te recuerde por qué haces lo que haces durante largas horas de trabajo y por qué lo estás haciendo. Enfócate en el final del sueño y disfruta el proceso.

Estaremos publicando cómo vamos con la compra de nuestra casa. Estamos muy emocionadas, pero también un poco cansadas por el trabajo extra que tuvimos que tomar. Valdrá la pena y nada nos podrá quitar la alegría de saber que cada día estamos más cerca de que nuestro sueño se haga realidad.

Manuelita

Lo nuestro

manuelita otero

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Hay algo especial acerca de tener tu propio lugar. Comprar tu casa es un paso muy emocionante que da cierto tipo de seguridad y confort que es difícil de explicar. Y así como es de gratificante, no es una meta fácil y toma tiempo. Sin importar la etapa de la vida en la que estemos, incluso si hemos sido propietarias de varias casas, o si todo lo que podemos alcanzar en este momento es el sueño de tener casa, todos queremos experimentar la sensación de ser los dueños de nuestro hogar.

En este momento en nuestra familia estamos hablando mucho de este tema porque nos gustaría de verdad poder comprar nuestra casa. Nos encanta el apartamento en el que vivimos, pero es hora de parar de pagar arriendo e invertir en nuestro propio espacio.

Aunque comprar casa es muy emocionante, no todo es color de rosa. Leer, aprender, y prepararse antes de hacer alguna movida es la mejor forma para abarcar este proyecto. Aquí van algunos de los consejos que hemos estado recibiendo. (Si estás comprando casa, esperamos que te sirvan, pero si ya compraste y conoces más tips, compártelos que a muchos nos pueden ayudar).

  • Primero lo primero. No tienes que tener una cierta edad o estar en una situación específica para comprar una casa o un apartamento. Puedes comenzar a planear tan pronto como tú quieras y empezar a ahorrar tan pronto como tú puedas. Sé sabia con tus decisiones financieras y desarrolla buenos hábitos financieros. Te lo agradecerás tú misma en el futuro.

  • Ser dueña de tu casa es una responsabilidad enorme y un compromiso a mediano y largo plazo, así que mejor no lo tomes a la ligera. Claro, no es porque vayas a vivir ahí toda tu vida, pero sí vas a ser responsable de muchas cosas relacionadas con tu propiedad como la gestión de la administración, el estado del edificio o del barrio, los impuestos, entre otras cosas.

  • Sé realista: ¿cuánto puedes pagar? Analiza cuánto recibes al mes y haz un presupuesto que tenga en cuenta todos tus gastos. Ten en cuenta, por ejemplo, el seguro de la casa, la cuota de la administración y los costos de arreglos y mantenimiento. Si puedes, crea una cuenta para esos gastos inesperados para que así no te sorprendan.

  • Paga tus deuda. Esto es lo mejor que puedes hacer, sea que estés comprando casa o no. Las deudas son cargas pesadas y mientras más rápido te deshagas de ellas mejor. Y si no las tienes, ¡no comiences a endeudarte!

  • Crea un calendario realista para que puedas disfrutar el proceso de compra.

  • Antes de ver opciones, piensa con algo de calma qué te encantaría tener en tu casa y qué “necesitas”. Primero piensa en ti -antes de analizar todo el barrio- pues seguramente querrás vivir en un lugar que realmente te guste. Luego sí piensa en lo que te ayudará a vender más fácilmente la casa en un futuro como acceso a buenas vías, seguridad, buenos colegios o supermercados cerca, áreas para caminar, zonas verdes, parques, proyección y valorización de la zona, entre otras cosas.

  • Antes de tomar una decisión final, visita los vecindarios a diferentes horas del día, siente el ritmo de vida del lugar, camina sus calles y también sus alrededores, observa quiénes podrían ser tus futuros vecinos y saca tiempo para investigar el área.

  • No tomes un préstamo a largo tiempo, aunque puede parecer que estés pagando menos, al final pagarás muchísimo más, especialmente en intereses.

  • En tu flujo de caja al momento de la compra, es decir la plata que vas a tener disponible a la hora de cerrar el negocio, ten en cuenta los gastos de la compra como escrituras, registros, entre otros.

  • Una vez tengas tu casa, no te apresures a decorarla. Haz primero un presupuesto, así te toque decorar habitación por habitación poco a poco. Eso es mejor que endeudarse.

Y en todo este proceso, deja a un lado el afán y la ansiedad para que no pares de disfrutar ni un día el paso a paso de ser la nueva “dueña” de tu hogar y así puedas hacer una compra no sólo inteligente sino además emocionante.

Manuelita

¿Tienes algún cambio pendiente?

manuelita otero

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A veces simplemente necesitamos cambio, si no la vida se puede convertir en una lista monótona de cosas por hacer, hábitos y horarios que perfeccionamos día a día. Un cambio puede ser algo tan sencillo como probar una nueva crema de dientes o algo más trascendental como cambiar de carrera u ocupación profesional. A mí me gusta el cambio y al mismo tiempo me gustan mis horarios establecidos. Es una mezcla entre la necesidad que tengo de tener un sistema estandarizado de rutinas que funcione, y mi necesidad de hacer con frecuencia algo diferente para no aburrirme.  

Hace unos días, estaba trabajando en mi sala, y ví la sala de mi apartamento donde se toma el sol -the sunroom- (vivimos en un apartamento pequeño así que veo todo desde la sala), y caí en cuenta, una vez más, que nuestro sunroom es la parte más linda de nuestro apartamento porque tiene muchas ventanas rodeadas de árboles y una vista muy linda a la naturaleza. Mi hija Nikka tiene una tienda online vintage, principalmente de ropa; se llama My Closet Etc. y ha estado guardando la ropa que está a la venta en el sunroom. Se veía bien, pero yo quería aprovechar más ese lugar, por eso decidí cambiarlo y esto es lo que aprendí en el proceso:

¿Qué quieres de verdad?

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Yo quería utilizar nuestro sunroom de forma más práctica y eficiente, quería que fuera un espacio que invitara a disfrutar el día a día y a descansar. Sabía lo que quería. Eso suele ser fácil cuando estamos hablando sobre cambios en una habitación, pero cuando hablamos de nuestras vidas, la cosa se complica. Puede que a veces sientas que algo no cuadra: estás agobiada o simplemente sientes que “no eres tú”, que hay algo que te incomoda. Pero ¿estás sacando tiempo para ir más allá y buscar y entender lo que te está pasando o lo que de verdad quieres? ¿Cómo puedes lograr lo que quieres y necesitas si no lo tienes claro? El tiempo que inviertes analizando tus cosas, tus situaciones; siempre será tiempo bien invertido.

Sólo hazlo:

Lo pensé un rato, le pregunté a mi hija su opinión y, cuando estuvo de acuerdo, comencé a mover cosas para cambiar ese espacio en mi apartamento. A veces nos demoramos demasiado para poner en práctica nuestras ideas o los cambios que necesitamos porque queremos evitar la incertidumbre. Si sabes o sientes que hay algo que necesitas cambiar en tu vida o algo importante que necesita cambiar de dirección, no lo pienses mucho, ¡hazlo antes de que el miedo te mantenga en tu zona de confort!

No lo tienes que hacer sola:

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Soy terca y a veces un poco impaciente. Tuve una idea, quería hacerla y comencé inmediatamente a llevarla a cabo, lo que no fue muy inteligente porque mover cajas, mesas y un sofá a las once de la noche sola no fue fácil. Tan sólo mover el sofá del cuarto me tomó un buen rato… aunque yo pensé “si entró, lo puedo sacar” pero, claro, no tuve en cuenta que cuando lo entramos por primera vez, tenía ayuda de otras personas en el trasteo.

En la vida hay cosas que tenemos que hacer solos, pero otras simplemente no podemos, o no debemos. Hay momentos en los que necesitaremos apoyo, ánimo y amigos que nos recuerden que todo va a estar bien, por eso es que necesitamos pertenecer a una comunidad, a un círculo cercano de personas que nos quieran, no nos juzguen y que de verdad se preocupen por nosotros. Haz los cambios que necesites, pero no los tienes por qué hacer todos sola.

Mover unos muebles suena como algo simple, pero la verdad es que es muy difícil describir lo feliz que estoy. Ahora me encanta pasar tiempo en este espacio, trabajar mientras llueve o poder disfrutar de un día soleado. El espacio que hemos creado es exactamente lo que quería: una invitación a ser más creativa, una invitación a disfrutar la vida. También he disfrutado las lecciones en el proceso.

Es tu turno, ¿hay algo que te gustaría cambiar en este momento de tu vida? ¿De pronto algo simple en la casa o de pronto algo más profundo? Sea lo que sea, recuerda definir claramente lo que quieres. Hazlo tú sola o con ayuda, pero seguramente no habrá mejor momento para empezar que ahora.  

Manuelita  @manuelitaotero

Hogar, dulce hogar

manuelita otero

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“Uno sólo es rey en su propia casa” Pareciera ser un dicho común, pero igual, es muy cierto ¿O no?

En estas últimas semanas, con mi familia, hemos tenido la oportunidad de pensar qué significa la palabra “hogar” con más frecuencia de la común. Mis papás decidieron regresar a vivir Atlanta. Vendieron su casa en Florida, empacaron sus cosas y se vinieron en busca de su nuevo hogar. Se quedaron conmigo por un tiempo, pero pronto se dieron cuenta de que vivir en la casa de alguien más no es lo mismo, así ames a quienes te reciben en su casa. Ellos extrañaban mucho su espacio, así que alquilaron un apartamento y lo hicieron su hogar temporalmente mientras está lista la casa que compraron.

Por esos mismos días tuvimos la oportunidad de cuidar a un perro precioso y nos quedamos en la casa de sus dueños. Una casa gigante y muy linda. Pasamos una maravillosa semana en la casa de nuestra amiga, pero definitivamente extrañamos nuestro hogar. Hay algo especial en ese lugar que llamamos hogar, donde compartimos momentos especiales. No importa qué tan pequeño o sencillo sea.

Hay un programa en Netflix que nos encanta. Se llama Amazing Interiors. Es tan interesante ver cómo hay personas que toman pasos “atrevidos” y verdaderamente hacen de su casa el lugar que siempre han soñado. En el programa, por ejemplo, hemos visto como una pareja trabajó durante todo un año para convertir un viejo bote en una acogedora vivienda, un escritor convirtió su casa en una historia que se cuenta de cuarto en cuarto, a otra persona le gustaban tanto sus carros que decidió irse a vivir al garaje y un artista convirtió su casa en un circo. Ver las historias de estas personas ¡me inspira! Me encanta su creatividad, su dedicación y la valentía que tienen para ser diferentes.

Es refrescante ver que no hay la misma casa ideal para diferentes personas o que exista la casa perfecta. Depende es de ti hacer un espacio realmente tuyo, hacer que cuadre con tu estilo y con tu vida, que cuente tu historia y que sea tu hogar soñado. Depende de ti hacer que tu hogar sea ese lugar al cual no ves la hora de llegar. Un hogar debe ser más que solo un lugar donde dormimos y comemos, es un espacio para construir recuerdos, para lograr una recarga cuando la necesitas, para pensar, disfrutar, compartir y muchas cosas más. ¿Estás lista para dejar volar tu imaginación y disfrutar de tu hogar aún más? No creas que necesitas decoraciones costosas, un espacio muy grande o una ubicación específica. Lo que necesitas es que sea ese lugar que te haga sonreír sólo porque sí.

Manuelita

¿Sabes qué es limpieza de primavera?

manuelita otero

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¿Cuál es tu opinión sobre la limpieza? No me refiero a la limpieza normal que hacemos cada semana en nuestras casas, estoy hablando de la limpieza seria y profunda. Por esta época se escucha mucho la expresión “Spring cleaning” porque es un tiempo en el que se acostumbra a limpiar la casa de arriba a abajo y de alguna forma organizar nuestras vidas en el proceso. Me encanta la idea, de verdad que sí, pues limpiar, organizar y regalar cosas que no se necesitan es como una buena terapia para mí. Esta noción de “Spring cleaning” es parte de nuestro vocabulario diario aquí en Estados Unidos, ¿pero alguna vez te has puesto a pensar de dónde viene esta tradición? 

Limpiar era mucho más que sólo limpiar algunas cosas hace unas generaciones. Incluso hoy día esta tarea juega un rol bien importante en algunas culturas. Por ejemplo, es una costumbre judía hacer una limpieza profunda durante la Pascua. Esta celebración recuerda el éxodo del pueblo de Israel cuando salió de Egipto. Durante este tiempo comen pan sin levadura llamado “matzah”, y es tan importante para ellos no comer pan con levadura en este tiempo que las familias, por tradición, limpian toda la casa asegurándose que no haya ni una sola miga de pan en toda la casa. La cultura china y la iraní también hacen limpieza profunda durante esta época del año anticipando la llegada del año nuevo. Es una costumbre china limpiar las casas totalmente porque creen que de esta forma se deshacen de la mala suerte que pudieron haber acumulado durante el año que está terminando y que así también se preparan para el que va a comenzar.  

Sea cual sea el origen o la razón cultural, es buena idea separar un tiempo durante el año para realizar una limpieza profunda de nuestra casa. ¿Este año ya empezaste tu “Spring cleaning?” De pronto ya la terminaste o de pronto, como yo, aún estás tratando de buscar la forma de hacer que suceda en algún momento del año. Aquí van algunas ideas de lo que podrías incluir en tu lista, así lo hagas sola o con ayuda: 

  • Limpiar el horno. 
  • Limpiar la nevera y el congelador. 
  • Limpiar las puertas y ventanas. 
  • Limpiar los ventiladores.
  • Limpiar los cajones y gabinetes. (Especialmente “ese” cajón… Ya sabes a cuál me refiero, al que recibe todo el desorden)
  • Limpiar el lavaplatos.
  • Limpiar la lavadora y la secadora.
  • Limpiar las cortinas.
  • Limpiar las sillas y los sofás. 
  • Rotar los colchones. 
  • Limpiar los tapetes. 
  • Lavar las almohadas. 
  • Revisar tu kit de primeros auxilios
  • Botar la medicina o el maquillaje vencido.
  • Lavar los muebles de terrazas, jardines o balcones.
  • Lavar las ventanas.
  • Revisar las alarmas.
  • Limpiar los archivos físicos.
  • Limpiar los archivos digitales.
  • Organizar libros, revistas, CDs y DVDs si todavía tienes algunos.
  • Limpiar el garaje o el depósito.
  • Sacar juguetes que no se usen mucho, si tienes niños en casa.
  • Limpiar y organizar los accesorios y joyas, y sacar las que no usas hace años. 

La lista puede continuar y continuar. No sientas que tienes que completar todo esto en un tiempo específico. De hecho, no tienes que hacer todo esto de una sola vez, tómate tu tiempo, encuentra la forma de hacer este tipo de limpieza y organiza un poco tus hábitos. Por ejemplo, puedes escoger la misma época del mes para que mensualmente hagas algo de limpieza profunda. Haz lo que puedas hacer con el tiempo que tienes. Si soy sincera, mi lista de Spring cleaning no se va a ver tan completa como esta, pero pensar en ella y escribirla me hace la tarea posible. Un poco de limpieza puede llegar lejos, así que no dejes que el caos y el desorden te abrumen y por qué no comenzar tus propias tradiciones de limpieza para pasarlas de generación en generación.

Si quieres algunos tips de limpieza y organización mira este link: ¿Qué se queda y qué se va?
O, si quieres reducir cosas y espacios, este te ayudará: Celebra pequeñas victorias en medio del desorden

Manuelita

Lo que menos importa de la Navidad es la foto perfecta

manuelita otero

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Diciembre llegó y es un mes emocionante, por decir lo menos. Es una oportunidad de compartir con quienes más queremos, celebrar, crear grandes recuerdos y alistarnos para un nuevo año lleno de cosas bonitas, pero también puede ser un mes muy estresante. Si tienes amigos o familiares que estén planeando visitarte durante esta época, de pronto ya estás pensando en todo lo que tienes que limpiar, organizar y los retos logísticos que hay que enfrentar; sin mencionar las compras de Navidad, la preparación de comida especial, la decoración, los eventos a los que tienes que ir y todo lo demás que también “hay” que hacer durante este mes.

¿Que tal si este año dejas a un lado los estándares “perfectos” que hemos creado por años para esta época? ¿Las decoraciones muy elaboradas y la comida lujosa e increíble que, claro, es maravillosa, pero que muchas veces tiene un costo muy alto (y usualmente ese costo lo asumes tú)? Cuando eres el anfitrión y te pones estándares muy altos puede que eso te cueste tiempo de descanso, tiempo para ti y dinero extra, lo que puede llevarte a pensar un par de veces por qué invitaste a toda esta gente a tu casa si eso te está haciendo pasar por tanto “trabajo”, lo que al final termina siendo totalmente opuesto a lo que realmente querías, que seguramente era compartir, disfrutar y pasarla bien sin estrés ni presión. Piénsalo: ¿Se requiere de una comida muy elegante para crear lindos recuerdos con nuestros seres queridos? ¿A larga quién decide el tono de tus reuniones? ¡Tú! Tú eres la única persona que puede decirle a tus invitados las “reglas de la casa” así que por qué no hacer que tus eventos sean un poco más relajados.

Para el día de Acción de Gracias nos reunimos en nuestra casa. Era la primera vez que yo preparaba un pavo y estaba muy emocionada, pero a la vez un poco nerviosa porque sinceramente no sabía que íbamos a comer si el pavo no quedaba bueno. No quería tener esa presión encima, quería disfrutar la experiencia y poder reírme si los resultados no eran los que yo tenía en mente. Como muchas cosas en la vida, la solución estaba más cerca de lo que pensaba, mi tía decidió traer jamón. Así que si el pavo era incomible nadie iba a quedar con hambre. Mis hijos y yo decidimos de antemano que iba a ser una reunión relajada, nos enfocamos en la oportunidad de expresar nuestra gratitud y poder compartir una comida con amigos y familia. Como yo iba a estar muy ocupada esa mañana, cada uno de mis hijos se encargó de un plato y un postre y, la verdad, hicieron un gran trabajo. Me encantó nuestra cena, no solo fue deliciosa sino que también yo la pude disfrutar pues no estaba preocupada buscando que todo fuera perfecto. Y por si estás preguntándote cómo quedó mi pavo, quedó delicioso -aunque nada fotogénico-.

De pronto tienes mucha gente de visita durante esta Navidad, o de pronto vas a estar sola, o de pronto has estado pensando en abrir las puertas de tu casa a tus amigos o compañeros de trabajo, pero no estás muy segura si la experiencia va a ser demasiado abrumadora para ti por la preparación que requiere. Sea lo que sea que decidas hacer y la cantidad de gente que decidas invitar, lo más importante de esta época es ¡disfrutarla! Recuerda de qué se trata en realidad y no dejes que las arandelas te distraigan del propósito central.

Abre tu hogar, invita a tus amigos, deja buenos recuerdos. Crear una comunidad, escucharnos unos a otros y hacer que otras personas se sientan bienvenidas es más importante que hacer comidas perfectas y tener casas que parecen salidas de una revista, porque lo que realmente importa es cómo compartimos y disfrutamos nuestro amor.

Manuelita

¿Estás bien rodeada?

manuelita otero

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Si hay algo que me gusta hacer es visitar casas. Me encanta. Debe ser porque soy una persona muy visual que disfruta analizar combinaciones y patrones, observar con calma detalles de decoración y ver muebles interesantes y actitudes atrevidas. Sí, actitudes, porque lo que finalmente transmite el ambiente de una casa es eso: una actitud ante lo que sea. Por lo general ante la vida, pero es eso: una actitud. Me emociona imaginar espacios decorados, modificados, raros y con el sello de quien los habita.

La verdad, sería muy feliz si pudiera dedicar casi que mi tiempo y presupuesto completo a ver y ver ideas de decoración y organización e ir de compras cada rato para mejorar mi casa, encontrando todo eso que me inspira y me “trasnocha”. No soy experta en diseño de interiores ni pretendo serlo. Es sólo una cuestión de gusto y pasión. De hecho, en mi propia casa tengo aún mucho, muchísimo, trabajo por hacer para que cada espacio se vea más lindo y acogedor. Y aunque seguramente el momento para hacerlo llegará, por ahora he estado pensando un montón en el papel que juegan los espacios en los que vivimos como nuestros aliados - especialmente cuando vivimos algo difícil- o el papel que juegan, como a veces pasa, como nuestros enemigos: nos incomodan, nos estorban o hasta nos fastidian. Puede sonar exagerado, pero en realidad no lo es; de hecho, en muchos casos es cierto: nuestra propia casa en vez de sumar, resta a nuestra situación. ¿A qué voy? Es sencillo: a que nuestra casa, nuestro cuarto, nuestra sala, nuestra cocina, etc; pueden ser parte de la solución y del buen “mood” que necesitamos cuando pasamos por pruebas o, por el contrario, si lo permitimos, pueden volverse parte del problema.

Por lo que veo y vivo día a día en mi casa y en otras casas cercanas, me doy cuenta de que siempre hay algo que se puede hacer para convertir esos metros cuadrados en metros adorados. Y no es sólo una cuestión de presupuesto o de contar con expertos en decoración, no. Se trata es de tomar la decisión de hacer que nuestros espacios de verdad sumen a nuestra situación. Claro, a quién no le gustaría que cuando vive algo difícil, pudiera salir corriendo a comprar sin mayores limitantes cosas bonitas y nuevas para sentirse mejor rodeado; o pagarle a un experto para que se encargue.

Si tienes el presupuesto y lo puedes hacer, buenísimo, pero si no, también hay otro abanico de opciones. Por ejemplo, si estás atravesando por una etapa confusa, por qué no “esconder” por un tiempo un poco de cosas y desorden típico de las casas, como montañas de papeles, libros, ropa o juguetes -que tal vez te distraen- en cajas bonitas y sencillas; tal vez esto pueda ayudar a que te concentres más y encuentres claridad. O de pronto un cambio de  pintura -si la que tienes es demasiado fuerte- puede hacerte sentir más relajada.

Por otro lado, si estamos atravesando un tiempo de escasez, por qué no poner a la vista las cosas que estén en mejor estado y las más nuevas para que nos podamos sentir más a gusto. O, si por el contrario, lo que necesitamos es “apoyo” de nuestra casa porque estamos gastando más de lo que deberíamos en cosas innecesarias, por qué no hacerla ver más llena sacando cosas que a veces guardamos sin necesidad, como accesorios, vajillas, floreros, cuadros, velas o mugs; así de pronto disminuimos nuestra necesidad de comprar. O cuando, por ejemplo, necesitas salir de un momento triste, por qué no poner más flores de colores alegres, fotos de momentos felices, frases inspiradoras y desempolvar uno que otro libro que te pueda hacer sonreír y dejarlo en un lugar cómodo y acogedor.

Y para citar otro caso, hay momentos en que las personas que aman salir deben quedarse en casa más tiempo del deseado. Para no sentirse encerradas, ellas podrían adecuar algunas cosas en su casa. Cosas como mejorar la luz natural, tener más flores o plantas que puedan disminuir la sensación de encierro o -¿por qué no?- crear un lugar en su propia casa con decoración diferente, que pueda parecer un pequeño “café” que sirva para leer, escribir o conversar un rato.

En fin, ideas de acuerdo a cada situación o estado de ánimo hay casi que infinitas. Y no estoy hablando de técnicas de la nueva era, ni de movimiento de energías, ni de feng shui ni de alguna otra de estas corrientes -en las que personalmente no creo-. Estoy hablando de algo más práctico y cotidiano. Te estoy invitando a que, sin necesidad de expertos ni estudios, tú misma hagas el ejercicio de pensar en TU casa como una aliada y hagas cambios sencillos que te puedan hacer sentir mejor y más feliz. Finalmente, ahí vives, respiras y descansas.

Ana

"De la puerta para adentro todo es cama"

manuelita otero

Hace un tiempo cuando nos movimos a Singapur, recuerdo haber pensado que quería ser más generosa con nuestra casa. Unas semanas después escuchamos de un grupo de jóvenes, miembros de un coro de Filipinas, que necesitaba casas en donde hospedarse. Dos maravillosas niñas se quedaron con nosotros mientras visitaron la ciudad. Ese fue el comienzo de nuestra mentalidad de “open house”. 
 
(Avance rápido a hoy) Acabamos de despedir a algunos familiares que se quedaron con nosotros mientras celebrábamos el grado de mi hijo. Inmediatamente se fueron recibimos a otra persona que se quedó con nosotros mientras tenía algunas reuniones aquí en Atlanta. Y una amiga nuestra está durmiendo en nuestro sofá porque su apartamento se inundó. ¿Mencioné que vivimos en un apartamento sólo de dos habitaciones? Pero es tan divertido cuando disfrutamos nuestras visitas dejando ir las expectativas de ser los “anfitriones perfectos”.       
 
Siempre he disfrutado tener invitados, pero la verdad para hacerlo me gustaba tener todo bajo control: El número de días, que fuera durante cierta temporada, teniendo además suficiente tiempo para planear el menú de cada día, limpiar la casa, arreglar las camas y preparar todo para mis invitados. Cuando era la hora de su llegada, yo ya estaba cansada y estresada porque, si somos sinceros, en realidad no hay mucho que podamos controlar. 
 
Ahora las cosas son diferentes porque si alguien me pregunta si se puede quedar en nuestro apartamento, me pongo en su lugar y recibo a esa persona sin la necesidad de controlar todo. Y lo mejor es que disfruto la visita porque ya no tengo esos estándares inalcanzables de anfitriona que me había impuesto. Decidí que simplemente era imposible hacerlo todo. No puedo ser la chef perfecta, la anfitriona ideal, la amiga soñada y, además, mantener el ritmo de vida que tengo. Decidí que íbamos a tener una casa de puertas abiertas, pero no perfecta. ¿Qué me ayudó a cambiar mi actitud?: 

  • Acepté que no lo podía hacer todo y que tener muchas personas en la casa, es algo que naturalmente genera desorden.  
  • Las comidas dejaron de ser un problema y se convirtieron en momentos amenos alrededor de la mesa, aunque el plato principal sea una sencilla pizza. 
  • Comencé a cocinar cerca de mis invitados. Muchas veces la visita está en la cocina, así que si estoy haciendo cosas como guacamole me siento con ellos y lo preparo con mis invitados a quienes les gusta probarlo hasta que quede buenísimo. 
  • Aprendí a preparar platos fáciles. 
  • Comencé a aceptar ayuda. Por alguna razón antes pensaba que aceptar ayuda de mis invitados no estaba bien. Ahora, si alguien me pide ayuda, tengo varias tareas para dejarles. 
  • Aprendí a ser flexible. 
  • Comencé a enfocarme más en el momento. Cada vez que alguien está en nuestro hogar es una oportunidad para decirle lo especial que es y para crear lazos de amistad más fuertes. Eso es un regalo y un honor. 
  • Pienso también en mí, no solo en mis invitados. Si estoy cansada, digo “hasta mañana” y me acuesto a dormir y listo. Si necesito tiempo a solas, lo tomo. 
  • Y también decidí que si por algún motivo no puedo recibir a alguien en cierta fecha, le digo la verdad y tratamos de organizar para otra fecha.

Una casa de puertas abiertas no tiene que ser una casa perfecta ni tiene que tener a los mejores anfitriones del mundo y cuando nos damos cuenta de esto, disfrutamos el tiempo precioso que compartimos con amigos y familia. Como dice alguien a quien admiramos mucho por su hospitalidad: “En mi casa, de puertas para adentro todo es cama”.  
 
Manuelita

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¿Qué te deja el despelote de un trasteo?

manuelita otero

Me he cambiado de casa y país suficientes veces. No me molesta ni me disgusta, en realidad hay varias cosas que disfruto de los trasteos. Durante nuestro último trasteo, en medio de la empacada y desempacada, la cargada y descargada de cajas, y el desorden que viene con todo esto, recordé varias cosas que quiero compartir:  

¿Es el pasto más verde en el jardín del vecino? : No sé si somos solo nosotros, pero cada vez que nos trasteamos comenzamos a hablar de nuestro nuevo lugar como si fuera a ser el hogar más hermoso del mundo. Soñamos con piso de madera, iluminación perfecta, closets gigantes y prometemos poner un gran esfuerzo de nuestra parte para hacer que quede espectacular. Creo que la posibilidad supera la realidad y lo mismo puede suceder en nuestras vidas. Por ejemplo, cuando comenzamos a tener problemas en alguna relación pensamos que si tuviéramos a alguien nuevo todo sería diferente, cuando en realidad si invirtieramos el mismo tiempo que invertimos soñando sobre ese ser perfecto -que no existe-,  tratando de mejorar nuestra relación actual, seguramente veríamos cambios positivos. A la final, el pasto es más verde donde lo cuidan.

- La preparación es clave: Sabía que nos íbamos a mover y sabía lo que tenía que hacer como, por ejemplo, revisar papeles y regalar lo que no necesitamos, pero nunca parecía haber suficiente tiempo. Entonces, ahora en medio del despelote, tengo que hacerlo.  

Hay cosas que, de pronto, estás esperando o cosas que quieres lograr, pero parece que hay que esperar tanto tiempo para lograrlo que sientes que estás “perdiendo” tu tiempo en la espera, pero cuando no haces nada, es decir, si no avanzas  así sea pasos pequeños; ahí sí que estás perdiendo el tiempo.

El tiempo de espera es en realidad tiempo de preparación. Si tienes un objetivo específico, un sueño en tu corazón, entonces lo que haces cada día debería acercarte cada vez más a eso tan anhelado. Prepárate mientras esperas y estarás listo cuando las oportunidades lleguen.  

- Sé creativa: Nos movimos a un apartamento más pequeño y decidimos no comprar nada nuevo. Eso requiere mucha creatividad de nuestra parte para encontrar formas de utilizar lo que ya tenemos para resolver nuevos retos de organización. En la vida tenemos que hacer lo mismo: puede que ya tengamos en nuestras manos -sin saberlo- la solución a cierto problema que está robándonos la paz, pero no hemos visto la situación desde una perspectiva diferente. A veces nos enfocamos tanto en el probelma que no podemos ver las soluciones disponibles. Encuentra oportunidades en cada situación, busca soluciones con lo que tienes a la mano.

- Tiempo a solas, tiempo con compañía: Aunque nuestro apartamento es pequeño, hemos definido espacios que le “pertenecen” a cada uno de nosotros. Un lugar donde podamos trabajar, pensar o pasar tiempo a solas. Al mismo tiempo, cuidadosamente, hemos organizado áreas para estar con amigos y familia en donde compartir una comida, historias y ratos que, luego, se convierten en lindos recuerdos. En nuestra vida diaria necesitamos espacios donde podamos estar a solas y disfrutar nuestra propia compañía y también espacios para pasar tiempo con aquellos a quienes queremos.

Y una última cosa, algo que probablemente ya sabes: la mayoría de nosotros tenemos más cosas de las que necesitamos. Todas estas cosas puede que nos estén “pesando” por algún motivo o, sencillamente, estén estorbando. Es mejor viajar livianamente, se trate de un trasteo físico o de nuestro viaje por la vida. Regala las cosas que no necesites, aleja sentimientos negativos como culpa y vergüenza. Deja ir tus miedos y arrepentimientos y recibe los "trasteos" de la vida como grandes oportunidades.

Manuelita

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¿Vives en la casa de tus sueños?

manuelita otero

¿Alguna vez te has visto perdida en tus sueños mirando fotos de casas increíbles en Pinterest, o soy sólo yo?... ¿Cómo se vería la casa de tus sueños? Yo creo que de una u otra forma todos queremos algo diferente en nuestra casa, por eso a tantas personas les gustan tanto esos programas  en los que hay casas que pasan por una transformación estilo cenicienta. Esos shows en los que una casa vieja es transformada en algo realmente increíble, un lugar casi perfecto -tipo Pinterest- y los dueños, al ver los cambios, lloran de alegría.

Puedes desear algo o puedes desearlo, lanzarte y lograrlo. No estoy diciendo que hacer el proyecto de tus sueños sea fácil porque sé que hay muchos retos por conquistar antes de siquiera comenzar, pero una vez tomas la decisión de empezar, te diriges en la dirección correcta.

Algunos proyectos que quieres hacer en tu casa puede que estén relacionados con iluminación, muebles o decoración. Realizar este tipo de proyectos puede que no se tan difícil y los puedas, además, dividir en varias etapas y, así, ver como tu casa se transforma mes a mes en lo que has soñado. Otros proyectos para alcanzar lo que quieres puede que incluyan construcción o incluso un cambio de casa. Tal vez estos últimos tomen más tiempo, requieran mayor planeación y dinero, pero entre más rápido hagas un presupuesto y pienses una estrategia seria para hacer los cambios que sueñas, más pronto podrán materializarse. Estos tips te pueden ayudar:

- Sé clara: Define lo que tú y tu familia quieren. Comienza con una discusión abierta en donde todo es posible. ¡Sueña en grande! Después de que todas las ideas estén sobre la mesa, define lo que realmente quieren, luego de acordar y negociar diferentes gustos y opiniones.

- Inspírate: Ojea revistas, busca imágenes y proyectos en internet y mira shows en televisión. Busca información para mantener la motivación e intenta traducir lo que ves en lo que quieres.

- Aprende más: No tienes que saber todo acerca de cómo arreglar un sótano o cómo cambiar las luces de tu casa, pero mientras más sepas, será mejor. Saca tiempo para aprender algo nuevo sobre el proyecto que tienes en mente.

- Prepárate: Un sueño sin plan es solo eso, un sueño. Así que si realmente quieres lograr algo que sueñas, define una estrategia, ponte fechas límite y haz un presupuesto.

Manuelita

 

¿Qué se queda y qué se va?

manuelita otero

Hay un programa de televisión llamado Tiny House Nation donde dos expertos en renovación viajan alrededor de Estados Unidos mostrando la experiencia que viven algunas familias que deciden vivir en casas más pequeñas. Después de una entrevista con la familia protagonista de cada capítulo, los anfitriones del show diseñan una casa que parece ser la “perfecta” para esa familia. ¿Mencioné que la casa no supera los 47 metros cuadrados? En mi casa, cuando vimos el programa, nos emocionamos y dijimos “¡hagámoslo!”... Después nos dimos cuenta que realmente no estábamos listos para un cambio tan drástico.  

Hace tres años nos movimos de una casa a un apartamento pequeño y estamos nuevamente pensando en movernos a un lugar incluso más pequeño. Nos encanta tener un lugar pequeño porque sentimos que es acogedor y más fácil de organizar y limpiar, pero no tener suficiente espacio también nos exige mirar de nuevo nuestras cosas y analizar realmente qué necesitamos y qué puede ser disfrutado por alguien más. ¡Decisiones, decisiones! Nos gusta lo que tenemos, pero no podemos quedarnos con todo. Así que, ¿cómo podemos escoger?  Estas son algunas cosas que estamos teniendo en cuenta:

Ropa:

  • ¿Te gusta? A veces puede que tengas una prenda que te guste mucho, pero simplemente no se te ve bien o no te sientes bien con ella.  No la pongas nuevamente en tu closet para olvidarla. De una vez por todas, mejor decide si la vas a usar o no.  
  • ¿Te sirve? ¿Te sientes realmente bien con esa prenda? Si no, regálala.
  • ¿Has revisado tus accesorios? ¿Collares, bolsos,  cinturones… todavía te gusta todo lo que tienes?
  • ¿La has utilizado en el último año? si no lo has hecho, ¿por qué pasó? Si todavía te gusta y te sirve, busca la formas de actualizarla o renovarla. Yo creo en las segundas y hasta terceras oportunidades para las piezas que me encantan, por eso es a veces siento que es tan difícil regalar cosas. 

Cosas: 

  • ¿Qué cosas te hacen feliz?   
  • ¿Qué cosas te traen recuerdos lindos?

Hay cosas que no son simplemente cosas y eso está bien. Yo he tenido que vivir en varias partes y siempre he empacado nuestras cosas en un contenedor. Estas han viajado de Colombia a Australia, de Australia a Colombia y luego a los Estados Unidos -que es en donde vivimos ahora- y, la verdad, casi que no puedo describir la emoción que he sentido el día en el que el trasteo llega.

Nuestras “cosas” hacen de cualquier lugar nuestro hogar. La clave está en decidir cuidadosamente qué cosas son importantes de verdad y cuáles -siendo realista- ya no son parte de nuestro estilo de vida. Tú  cambias, los tiempos cambian y algunas de tus cosas también tienen que cambiar.

Papeles:
Pareciera que los papeles nos inundaran incluso en esta era digital. Lo más importante con los papeles es la organización para que sea más fácil definir qué, de verdad, vale la pena guardar. Intenta separar un día a la semana para revisar papeles y así evitar que se acumulen. Separa los papeles importantes y ponlos en un lugar seguro (eso incluye esos recuerdos especiales como las notas que te regalan o te escriben o las obras de arte tus hijos).

Cuando un desorden se queda en un lugar por mucho tiempo, ni lo notamos, nos acostumbramos a que esté ahí, por eso es tan importante mirar nuestra casa con ojos frescos y ser lo más honestos posibles cuando de botar, regalar y reciclar se trata. Viajar liviano es bueno, pero también es importante recorrer el camino con las cosas que tienen un significado especial. Utiliza tu sentido común, disfruta lo que tienes y trata de no tener más de lo que necesitas.

Manuelita

Un pequeño cambio en tu casa, un gran impacto en tu vida

manuelita otero

El otro día mi hija y yo decidimos cambiar un poco las cosas de nuestra casa. Estábamos cansadas de la forma en como se veían nuestros cuartos, así que decidimos intercambiar escritorios. Ella me dio su pequeño escritorio minimalista a cambio de una linda mesa larga de madera que yo tenía en mi cuarto. No contar más con mi mesa iba a exigirme hacer cambios porque ahí era donde tenia todos mis libros, notas, papeles y cuadernos. El intercambio me llevó a mirar nuevamente todo lo que tenía con ojos críticos porque tenía que decidir qué quería guardar y qué quería regalar. Con cada cosa me pregunté: ¿Esto me añade valor? ¿Algún día lo voy a usar?

Me encantó limpiar mi cuarto porque sentí que de alguna manera también estaba limpiando mi mente. Organizar, para mí, es un tipo de terapia. Y, por otro lado, a Nikka y a mí nos fascinó como, después del intercambio que hicimos, quedaron de lindos nuestros cuartos. Es increíble como un pequeño cambio puede convertirse en algo grande y traer más cosas positivas.

¿Te gustaría cambiar algunas cosas en tu casa, pero no quieres hacer una inversión muy grande de dinero o de tiempo? Aquí hay algunas ideas que seguramente podrías poner en práctica pronto:

  • Añade una lámpara colorida para crear un acento o una luz que se pueda ajustar para cambiar el mood de una habitación.

  • Enmarca tus obras de arte o fotos que te gusten. Enmarca también fotos en blanco y negro.

  • Cambia el orden de tus muebles.

  • Pinta algún mueble de un color diferente a todos los demás.

  • Cambia la tela de los forros de las sillas o del sofá.

  • Coloca plantas, cámbialas de lugar o pon flores en los lugares en los que pasas la mayor parte de tu tiempo.

  • Pon una cobija suave de adorno en un sofá o en una silla.

  • Busca ideas en revistas, en internet o en Pinterest para usarlas como fuentes de inspiración sin necesidad de presionarte con la idea de que tus espacios “deben” quedar iguales.

  • Reutiliza lo que tengas.

  • Haz algunos cambios en tus repisas.

  • Cambia los forros de tus cojines.

  • Pon un tapete colorido en algún espacio que pueda estarlo necesitando.

  • Lo que no te guste, regálalo. Si algo no funciona o no se ve bien, recíclalo o dónalo. Si algo no te agrega valor, búscale otro destino.  

  • Haz de tus espacios familiares y de descanso lugares más acogedores.

  • Ten menos y disfruta más.

Hay pequeños cambios que tienen gran impacto. Deja que tu creatividad fluya y disfruta de tu casa cada día más.

Manuelita

¡Las cosas son para disfrutarlas!

manuelita otero

El otro día fui a visitar a una amiga que no veía hace rato y ella, emocionada, me mostró su nuevo jardín que había cambiado totalmente desde la última vez que yo había ido a su casa.  Creó un espacio muy acogedor con dos sillas de madera, rodeado de flores y naturaleza. Un lugar perfecto para disfrutar tiempo en silencio o un rato con amigos.

Le dije una y otra vez cuánto me gustaba el cambio en su casa y le pregunté si lo estaban aprovechando, suponiendo -no sé por qué- que su respuesta sería negativa. Por alguna razón, sencillamente pensé que su respuesta sería algo como: “no, no hemos tenido tiempo, pero sí  está en nuestros planes disfrutar del jardín algún día”. Para mi sorpresa, por el contrario, me dijo que ese era su lugar favorito y que todas las noches lo utilizaban, a veces ella y su esposo y otras veces con algunos vecinos. La verdad me alegró mucho saber que ese bello lugar estaba siendo utilizado y mi amiga lo estaba disfrutando, pero me preocupó un poco por qué yo había asumido con tanta facilidad lo contrario.

De pronto mi rápida auto-respuesta nace del hecho de que conozco muchas personas que tienen lugares muy lindos en sus hogares y no los disfrutan y, pensándolo bien, yo soy la primera en esa lista. A medida que me pasan los años o, mejor, a medida que adquiero más sabiduría, quiero tener sólo lo que necesito y disfrutarlo. Siento que cualquier cosa adicional es innecesaria. Tener demasiadas cosas es algo que me distrae y roba mi tiempo; además, por lo general, no las aprovecho. Así que para qué dejarlas haciendo estorbo cuando es posible dárselas a alguien más que sí las pueda disfrutar.

En vez de tener cosas quiero crear recuerdos y sentir que el tiempo se detiene mientras me río con amigos o disfruto tiempo con mis hijos. Tengo una vida bastante ocupada, pero también me gusta vivir cada momento al máximo.

El jardín de mi amiga me hizo tan feliz porque lo sentí como una invitación para oler, probar y sentir los momentos. Definitivamente necesitamos más espacios como estos, que nos ayuden a desconectarnos de todo lo que está tratando de ocupar demasiado nuestra atención y a su vez  nos inviten a conectarnos con lo que sí es realmente importante.

¿Tienes un lugar como este en tu casa? ¿Puedes pensar en algún lugar que te encanta, pero no has disfrutado últimamente por “no tener tiempo”? Tiempo es lo que tenemos ahora y debemos aprovecharlo porque algún día simplemente no podremos. El ahora es un regalo. Mira a tu alrededor y busca esos espacios que disfrutas, pasa más tiempo en ellos, bien sea a solas, con tus hijos -si los tienes-, con tus mascotas, con tus amigos o con toda tu familia. Es tu tiempo, son tus espacios. ¡Disfrútalos!

Manuelita

¿Tu casa no está perfectamente organizada?... ¿Y?

manuelita otero

¿Has estado alguna vez a punto de salir de tu casa cuando ves algo que no está en el lugar adecuado y tienes que devolverte y ponerlo en donde debe ir? Para mí es bastante difícil salir sin dejar todo en el lugar correcto. No me gusta ver platos sucios o desorden por ahí, y creo que esto es un buen hábito hasta que me doy cuenta que por devolverme a arreglar “cositas” tengo la tendencia de llegar cinco minutos tarde a todas partes y que, incluso, cuando no puedo arreglar todo lo que tengo que arreglar salgo un poco molesta.

Cuando de arreglar mi casa se trata, creo que podría practicar un poco más de perdón. Necesito entender que a veces no importa cuánto trate de mantener mi casa organizada no se va a ver perfecta y eso está bien. Una casa organizada y limpia es algo maravilloso, pero perder mi paz por eso no lo es. No poder disfrutar tiempo con mi familia y mis amigos porque no alcancé a limpiar toda mi casa no está bien. Así que he comenzado a pensar en qué puedo hacer para dejar ir mi deseo de que todo se vea perfecto todo el tiempo:

Un día a la semana: Querer una casa limpia y organizada constantemente se puede convertir en una obsesión sino se tiene cuidado. Todo en exceso es malo, así que decidí hacer toda la limpieza general un día a la semana para no estar queriendo limpiar todo el tiempo. Cada mañana hago una rápida revisión y si veo algo que me va a tomar más tiempo, pero puede esperar hasta el día de limpieza, lo dejo. Quiero una casa limpia y organizada, pero no quiero que esa sea la prioridad de mi vida.

Facilitar el orden: Si todo tiene un lugar específico en donde debe ir, entonces es fácil que mi familia y mis amigos también mantengan la casa organizada. La responsabilidad no es de una sola persona, es un trabajo en equipo y así todos pueden disfrutar los resultados.

Definir una fecha y hacerlo: Si tengo algún proyecto especial o un trabajo que hacer, es mejor dejar de repetir una y otra vez que tengo que hacerlo, más bien definir una fecha y no hablar más al respecto hasta que sea hora de hacerlo. Hablar sobre lo que tienes que hacer te quita energía y es peligroso pues se convierte en algo pesado que contamina tu presente con algo que ni siquiera ha sucedido.

En el momento: Si mis amigos o familiares llegan a casa sin avisar y las cosas no están según mis estándares, es mejor no exagerar con las excusas. Es muy aburridor cuando la gente a nuestro alrededor solo escucha lo apenados que estamos porque la casa está desordenada.  Ellos están allí porque quieren vernos y disfrutar tiempo con nosotros, así que hay que dejarlo o ir... Si te pasa en alguna ocasión, dilo una vez -es suficiente- y disfruta el momento y la buena compañía.

A veces la idea de que podemos hacerlo todo nos roba la paz y nos hace sentir pesadas.  Algunos días mirarás tu casa y todo va a estar en el lugar adecuado, pero otras veces puede que parezca un campo de batalla. Lo importante es no dejar que un poco de desorden afecte todo tu día. El desorden se puede limpiar después, pero tu día no lo puedes recuperar.

Por Manuelita

 

Una razón más para amar el regreso a casa

manuelita otero

Llegas a tu casa después de un largo día, saludas a tu familia y quieres tomar unos minutos para relajarte haciendo lo que te gusta. Quieres escribir, pero la televisión tiene un volumen muy alto y no te puedes concentrar, no hay un lugar donde sentarte y tu escritorio está lleno de tantos papeles que no te puedes inspirar. 

¿Alguna vez has pensado en decorar y organizar tu hogar alrededor de tus fortalezas? Lo primero que tienes que hacer es observar tu vida y analizar cómo ocurren las cosas. ¿Tienes un horario bastante agitado? Entonces trata de facilitar tu trabajo y ten todo en el lugar adecuado para que sea fácil entrar y salir. La próxima pregunta es: ¿Sabes lo que te gusta hacer? Antes de que organices tu casa alrededor de tus fortalezas, necesitas saber cuáles son esas fortalezas.

Ten presente las siguientes ideas que te van a ayudar a preparar tu casa para cuidar tus talentos y así crecer en lo que más te gusta hacer:

- Deja que tu hogar refleje quién eres

Si te gusta pintar, ¿Hay alguna forma de que puedas crear un estudio de arte? ¿Un lugar donde tus insumos para pintar estén listos cuando llegue la inspiración? No necesitas una casa grande para poder hacer eso, la esquina de un cuarto puede ser el lugar perfecto para que un artista deje volar su imaginación. Si tienes niños y les gusta escribir historias e ilustrarlas, entonces ten escritorios para ellos, de su tamaño y con crayolas, colores, lapiceros y cuadernos. Deja que tu hogar invite a quienes viven en él a desarrollar sus habilidades.

- Invierte inteligentemente

Si te gusta escribir, puede que pases horas sentada escribiendo, entonces asegúrate de tener una buena silla. Si a tus hijos les gusta hacer gimnasia, crea un espacio para ellos en donde puedan practicar sin tener que preocuparte de que se vayan a lastimar o de que vayan a romper algo en la casa. Si tienes un hobby que requiere atención a pequeños detalles, invierte en una buena lámpara. A veces preferimos gastar grandes cantidades de dinero en muebles elegantes que casi nunca usamos en vez de invertir en cosas que vamos a utilizar más a menudo y que van a impactar positivamente nuestras vidas y a quienes viven con nosotros.

-Es un viaje

Nuestros intereses cambian con el tiempo, nuestras fortalezas crecen a medida que nos conocemos mejor, así que nuestro hogar debe reflejar esos cambios. Deja que tu casa crezca contigo y vaya cambiando de acuerdo a los talentos de las personas que viven en ella. Deja que sea un lugar que continuamente refleje quien eres. Es un viaje, no te desanimes si aún no has logrado crear ese taller para elaborar joyas en tu casa o el lugar ideal  para trabajar en cerámica. Las cosas que valen la pena toman su tiempo.

Encontrado la forma y los espacios para que todos en tu hogar, incluida tú, puedan explorar y desarrollar sus fortalezas es una invitación permanente para hacer lo que te gusta en tu propia casa, es una razón más para sonreír al llegar a casa.

Por Manuelita

Celebra pequeñas victorias en medio del desorden

manuelita otero

¿Hay cierta área en tu casa que evitas a propósito porque es un desorden total? De pronto de vez en cuando tomas la decisión de enfrentar el problema, pero una vez entras te sientes abrumada sin saber por dónde comenzar, así que cierras tus ojos y decides posponer la batalla para otro día.  De pronto es el ático, el garaje, la oficina o tu propio closet. No importa donde esté, tú sabes que existe y eso te molesta.

Sin darnos cuenta el desorden nos roba paz y tiempo. Don Aslett, un experto en limpieza y en orden dice en su libro, “Clutter Free” que el desorden toma espacio en nuestros closets y en nuestra mente también… Muy cierto, ¿no te parece? Continuamente estamos pensando en los lugares en nuestra casa que nos gustaría organizar, las cosas que tenemos que clasificar y los papeles que tenemos que revisar y botar, y la verdad es que sólo pensar en esto nos deja agotados. En cambio, piensa en el día en el que limpias tu casa y organizas tu cuarto, ¿no vuelves a mirar varias veces solo para ver el trabajo realizado? ¡Yo sí! Lo hago porque me hace feliz saber que un lugar está organizado. Me siento feliz sin necesidad de que alguien me tenga que elogiar o  decir algo al respecto.

Organizar y regalar lo que no necesitas es una experiencia liberadora. Así que no dejes que el desorden tome más espacio en tu casa y en tu mente. Revisemos algunas formas para deshacernos de él:

Visualízalo: Define lo que quieres y crea un plan de acción. Prepárate mentalmente antes de comenzar el trabajo físico. Define tu meta final, cuánto tardarás y qué necesitarás para lograrlo.

Hazlo por partes y triunfa: A veces el desorden es tan grande que tomaría demasiado tiempo para organizarlo en una sola jornada, así que es mejor dividirlo en mini-áreas. Esto te ayudará a ser más eficiente sin desanimarte, podrás organizar así no tengas mucho tiempo y te dará la oportunidad de celebrar pequeñas victorias. Poco a poco podrás ver la diferencia en el lugar, pero finalmente la verás.

Invita a alguien: Todo es mejor en buena compañía. Invita, por ejemplo, a una buena amiga y haz del proceso de organizar un evento divertido. Invitar a alguien también te ayudará no solo a entretenerte mientras hablas, sino también te obligará a no posponer el trabajo para otro día.  

Se fuerte y honesta: ¿Realmente necesitas todo lo que tienes? Lo más probable es que no. Muchas veces hay cosas que si ni siquiera habías recordado o visto, entonces seguramente es porque no las habías extrañado ni necesitado. ¿Por qué no regalar o donar? Alguien más puede estar necesitando esas cosas y tú, por tu lado, estarás libre de desorden. Es una situación gana-gana. Se honesta decidiendo lo que realmente necesitas y se fuerte para dejar ir lo que ya es hora de dejar ir.  

Prepárate para el éxito: Una vez hayas organizado ese lugar que te tenía inquieta, haz que sea fácil mantenerlo ordenado. Un lugar se mantiene desordenado porque las cosas no tienen un “hogar” o porque no las ponemos donde debemos. Utiliza contenedores con nombres para las cosas, dale un lugar a cada cosa y asegúrate de que cada persona sepa donde es, así es más fácil para  todos mantener el orden. No dejes que el desorden se acumule, toma tiempo para poner cada cosa en su lugar inmediatamente.  Verás lo fácil que es mantener un lugar organizado.

La clave para enfrentar el desorden es comenzar. No importa lo grande que sea, puede ser dividido y puedes tener tu espacio y tu paz de regreso. De pronto hasta disfrutes el proceso y definitivamente disfrutarás el resultado final.

Por Manuelita

 

¿Qué significa para ti tu casa?

manuelita otero

Al pasarte a una nueva casa, ¿has notado cuánto tiempo inviertes pensando en dónde colocar los muebles, el color que quieres para las paredes y lo que necesitarás para decorar? Eso forma parte de lo emocionante que es cambiar de casa y conseguir un nuevo lugar. Sin embargo, en todas las veces que te has movido y en todas las casas que has vivido, alguna vez te has preguntado: ¿Qué significa hogar para mí? Yo realmente no lo había pensado hasta que alguien una vez me lo preguntó. Y no es que no haya considerado mi hogar un lugar en donde pueda relajarme y crear recuerdos con la gente que más quiero, pero esta persona me hizo caer en cuenta que mi hogar es mucho más que eso.

Las casas son lugares especiales y para cada persona su casa significa algo diferente, pero todas pueden convertirse en un lugar para dar. Ya sea que vivas sola o con una familia numerosa, tu hogar puede ser un lugar donde las personas, incluyéndote a ti, están constantemente dando y recibiendo... un lugar para crecer, compartir y multiplicar.

¿Qué podemos dar en nuestra casa?

- Refugio: Cuando mis hijos estaban pequeños a menudo leíamos un libro llamado: “Grover’s bad, awful day” (El terrible mal día de Archivaldo) por Anna H. Dickson.  El libro describe como el día de Archivaldo comienza mal y se pone peor a medida que las horas pasan hasta que llega a la casa y simplemente no puede más y se sienta con su mamá y llora mientras le cuenta todo lo que sucedió. Como Archivaldo, muchas veces nosotros también tenemos días terribles y no vemos la hora de llegar a nuestra casa para llorar y finalmente encontrar paz y descanso en nuestro propio espacio. Nuestro hogar es un lugar seguro y las personas que viven en él o lo visitan pueden recibir esa paz que irradia.

- Libertad: ¿No te encanta pasar tiempo con personas que te aceptan como eres? ¿No te gusta cuando alguien te dice las cosas que necesitas escuchar, pero lo hace de forma amable y sin juzgarte? ¿No sería buenísimo que todas las personas que visitan nuestra casa sientan la libertad de ser sí mismas? En un mundo lleno de expectativas se siente bien encontrar un lugar donde no tenemos que actuar de cierta forma sino que podemos ser quienes hemos sido creados para ser.

 - Sonrisas: Pasar buenos ratos es algo maravilloso para dar en nuestra casa. Las comidas que compartimos con nuestros seres queridos no tienen que ser elegantes ni complicadas. Sacar tiempo para lo que es importante como el tiempo en familia o para abrir las puertas de nuestro hogar a las personas que hacen nuestra vida especial es una gran forma de dejarles saber lo importantes que son para nosotros y cuánto los apreciamos.

- Ejemplo: Las personas con las que vivimos o aquellas que nos visitan son probablemente quienes mejor nos conocen y observan nuestras diferentes reacciones. Ellos están mirando y aprendiendo. Así no lo sepamos o no nos demos cuenta, nuestra casa es un lugar donde estamos todo el tiempo dando ejemplo... lo que es una gran responsabilidad, pero a la vez una gran oportunidad.  

Nuestro hogar es mucho más que el lugar a donde llegamos cada día después del colegio o el trabajo. Es un lugar donde ofrecemos tranquilidad y momentos especiales. Un lugar para compartir largas charlas, chistes familiares y consejos sabios. En otras palabras, un lugar donde construimos recuerdos. Lo que consideramos hoy parte de nuestra rutina puede convertirse en un futuro cercano en un lindo recuerdo de cierta etapa de nuestra vida.

Ya que tu hogar puede ser un lugar de constantes oportunidades para dar y recibir, ¿por qué no aprovechar y ser generosos? ¿Estás lista para dar en grande?

Por Manuelita

 

 

 

 

“Plan pantuflas”

manuelita otero

Con  problemas o no, siempre he pensado que mi casa es mi lugar de descanso favorito. Siento que pasa algo mágico cuando llego y hago uno de mis planes preferidos: “el plan pantuflas”, que es igual a: un buen libro, revista, tv o película + algo rico y sencillo de comer + ropa cómoda + arrunche. Fuera zapatos, fuera bolso, fuera maquillaje, fuera chaqueta, fuera apariencias, fuera preocupaciones, fuera bobadas. Cuando llego a mi casa y llego con actitud de descanso, cualquier problema grande se vuelve casi invisible y empiezo a respirar paz y tranquilidad.

¿Alguna vez te has sentido así? ¿Tienes un nombre particular para ese plan o esa sensación de descanso o refugio en tu casa que yo llamo “plan pantuflas”? ¿Eso que vives en tu casa  -que puede ser tan sencillo como tirar los zapatos a la entrada y acostarte en el sofá 5 minutos sin pensar en mucho- y que muchas veces te reconforta más que unas vacaciones de un mes en Europa o en una gran playa?

Bueno, pues como mamá primípara y con un matrimonio de menos de 5 años, yo traje a mi nueva familia como una herencia sagrada el plan pantuflas. Y siento que nos ha servido mucho. No sé si es una tradición que heredé de mi casa, de algún abuelo, de alguna amiga, pero sí sé que es algo que quiero dejarle a mi hija para que lo aplique como un tesoro por el resto de su vida sin esperar a que sea domingo para hacerlo.

Siempre he creído que cuando uno tiene etapas difíciles, llenas de problemas e incertidumbre –que creo que todos las tenemos en algún momento de la vida-, nuestro hogar, independientemente de lo grande o lujoso que sea o del número de personas con las que vivamos- debe inspirarnos y brindarnos algo de esa paz que tanto necesitamos en esos momentos complicados. Debe poder ser ese lugar en el que de alguna manera nos renovamos y perdemos algo de carga; en el que pasa algo único, que es placentero, y que hace que el cuerpo, la mente y el alma pesen 10 kilos menos.

Cuando uno empieza a llenarse de problemas, experimenta una sensación de pesadez que es hasta rara. Es una sensación de cansancio permanente que si no nos quitamos de encima -así sea de a poquitos- empieza peligrosamente a convertirse en depresión, irritación o histeria. De ahí que apenas la detectemos hay que empezar a “sacudirnos” esa carga, incluso cuando esto no sea un proceso fácil. Y es en el inicio de ese proceso, donde creo que nuestro hogar puede jugar un papel protagónico. ¿A quién no le sirve un lugar en el que -a pesar del trago amargo que pueda estar pasando-  se sienta libre y viva rodeado de colores, cosas, olores, comidas, recuerdos, música y libros que le gusten y que lo ayuden a sentirse más tranquilo, más optimista… más liviano?

Puede sonar exagerado, pero creo que yo no podría vivir en ningún espacio en el que no pudiera tomarme mis horas y, de ser necesario, hasta mis días enteros para disfrutar mi plan pantuflas, porque aparte de impulsarme desde la entrada de mi casa a quitarme máscaras, y tanta angustia, este plan me recuerda también quién soy, de dónde vengo, a dónde quiero ir y la sencillez que finalmente quiero llevar conmigo el resto de mi vida.

¿Qué es entonces lo que realmente le puede dar a uno esa sensación de paz y ligereza en un espacio? Me imagino que para cada quien es diferente, pero no creo que sea gratis que desde chiquitas, muchas mujeres, jugamos a tener y armar nuestras propias casas así sea dentro de una carpa, a punta de cobijas, debajo de las escaleras, de los comedores o hasta en el jardín. Siempre jugamos con esa sensación increíble de controlar qué va en la casa, cómo es, qué le ponemos y a quién invitamos a jugar o a entrar a nuestro palacio.

Hoy – que ya creciste y seguramente tu “palacio” es una realidad-, la invitación es a que dejes entrar todas esas cosas y personas que llenan de buen aire, luz y tranquilidad tu lugar cuando estás cansada, cuando sientes que ya no puedes dar un paso más porque cada hora empieza a pesar una tonelada, y a que crees tu propia definición del “plan pantuflas”.

Ojalá escojas unas pantuflas cómodas y livianas, que te dejen caminar e incluso te permitan volar.

Por Ana