Conocerte a ti misma: una aventura para toda la vida
manuelita otero
¿Alguna vez has tenido esas semanas que parecen mezclarse una con otra? ¿Esos días que, una vez terminan, caes en la cama rendida y te sorprende ver cómo “sobreviviste”? Nuestras vidas parecen estar cada vez más ocupadas y es interesante que cuando eso sucede te adaptas y sigues. Haces que funcione: te levantas temprano, te acuestas tarde y utilizas cada minuto que tienes disponible para lograr hacer todo lo que tienes por hacer. Chequeas todas las casillas de la lista de cosas por hacer, ¿pero te chequeas a ti misma? Pensar que podemos hacerlo todo, es algo que en vez de inspirarnos, más bien nos lastima porque terminamos poniendo mucha presión sobre nuestra vida. De pronto tú puedes hacerlo todo, pero no al mismo tiempo ni en todas las etapas. De pronto puedes hacerlo todo, pero con el apoyo de personas a tu alrededor. Por eso es saludable e inteligente hacer una pausa de vez en cuando y preguntarte: “¿cómo estoy de verdad?”
En Happily a menudo hablamos del autoconocimiento porque creemos que conocerte es además de una gran fortaleza, una necesidad y algo que puedes disfrutar. Yo estoy disfrutando el proceso de conocerme a mí misma. Ha tomado tiempo, pero cada paso vale la pena. He aprendido a calmarme un poco incluso cuando no creo tener tiempo suficiente porque sé que si no lo hago así, las cosas no van a terminar bien. Ahora, noto las señales y me pregunto qué me está faltando, qué necesito y por qué las cosas no están fluyendo y qué necesito hacer por mí, así sea hacer por un par de minutos algo que me encanta. He aprendido a decir “no”, a perdonarme y a cuidar mi paz. Todavía hay tanto por aprender, pero ahí está justamente la belleza de conocernos: es una aventura para toda la vida.
Es extraño como a menudo permitimos que las situaciones y algunas personas nos estresen y definan nuestras acciones. Nos quejamos porque no podemos controlar las cosas, pero hay suficientes cosas que sí podemos hacer para traer un poco de orden al caos. Podemos definir ciertas reglas y podemos establecer límites para mantener nuestra paz y alegría. El amor propio es intencional y no simplemente sucede y, si no lo planeas, se puede perder en un mar de cosas por hacer. Es continuo, algo que es parte de tu día a día, aun cuando tengas miles de proyectos en el trabajo o aún cuando estés pasando por alguna dificultad personal. El amor propio no es para cuando te quede tiempo, es para todo el tiempo.
No tengas miedo de hacerte preguntas difíciles y no esperes contestarlas todas de una vez. No des por sentado tu tiempo a solas, cuida tus sueños y date el permiso de trabajar en ellos para que se cumplan.