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Buen provecho

Lo mejor está por venir

manuelita otero

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Simple, clara y positiva, así es como me gusta mi vida. 

Aunque podría escribir en mi diario por horas sobre ciertas cosas, hay otras, especialmente esas que no entiendo o sobre las que no tengo control, que prefiero dejar a un lado para que tomen su curso. Creo que cosas buenas van a suceder y sigo mi camino. Esa ha sido mi actitud sobre la siguiente fase en mi vida: la menopausia. Si soy honesta, no sé mucho, a propósito. Hace unos años comencé a leer sobre el tema, pero me pareció un poco deprimente, no ví nada positivo al respecto así que decidí ignorarlo y continuar con mi vida. Pero no puedo ignorar las cosas para siempre. Entonces, decidí usar este blog como una “excusa” para leer más sobre la menopausia y escribir con una perspectiva diferente. Quiero ser proactiva y creer que tengo algo de control (por pequeño que sea) sobre mis permanentes cambios hormonales. 

Quiero ver la menopausia de forma positiva. En este momento, cuando comienzo una nueva fase en mi vida, escojo creer cosas buenas porque mi cuerpo ha sido amable conmigo y merece ser valorado y amado en todas sus etapas. Quiero ver este cambio como otro paso hacia adelante en el maravilloso viaje que ha sido mi vida. Quiero hablarle palabras de amor a mi cuerpo y darme lo que necesito a medida que las cosas cambian. 

La belleza comienza desde adentro, por eso lo que comemos es tan importante. Decidí investigar un poco más sobre la alimentación recomendada durante la menopausia. Sé que hay muchas cosas, síntomas y riesgos relacionados con la menopausia que no puedo cambiar sólo con lo que decido comer, pero una buena nutrición puede prevenir o hacer más llevaderos algunos de ellos. Y, además, una buena nutrición es saludable siempre y trae un impacto positivo sobre toda mi vida. 

Si estás en una edad como la mía, en la que tu cuerpo entrará a nuevos cambios pronto, revisa estas comidas y ensáyalas para ver si te ayudan. Si no, no importa. Igual, estas comidas son saludables. Y si decides o no consumirlas, lo que importa es que seas intencional cuando comes. Tu cuerpo merece que lo alimentes bien. No dejes que la comida te estrese, deja que te ayude a sacar lo mejor de ti. 

-Calcio: todo lo que leí, me indicó la importancia del calcio y del hierro. Parece que las mujeres no consumimos suficiente calcio. Yo no recuerdo la última vez que me tomé un vaso de leche, casi nunca tomo yogurt y trato de no comer mucho queso. Sin embargo, el calcio no solo se encuentra en estos alimentos, también se encuentra en el salmón, el brócoli y las legumbres. Cuando las mujeres pasan por la menopausia hay una reducción considerable en estrógeno lo que incrementa el riesgo de osteoporosis. Entonces el calcio debe ser una parte crucial en la dieta. 

-Vitamina D: Tu cuerpo utiliza la vitamina D para absorber calcio y fortalecer los huesos. Varios estudios han concluido que la vitamina D puede ayudar a reducir los calores repentinos, las sudoraciones nocturnas y los problemas de concentración. También se ha evidenciado que la deficiencia de vitamina D reduce la energía y provoca cambios bruscos de ánimo. La vitamina D se encuentra en el atún, el salmón, la leche de soya, el queso, los huevos y los cereales. 

- Fibra: Los granos enteros son buenos para ti. Tienen vitamina B que es clave para el sistema nervioso. Reduce el estrés, los cambios bruscos de ánimo y la fatiga. Los estudios al respecto también han demostrado que consumir granos enteros en vez de granos refinados, puede reducir los riesgos de problemas cardiovasculares. Los granos enteros se pueden encontrar en el pan, el arroz integral, los cereales, la pasta, las frutas frescas y los vegetales. 

- Las comidas hechas a base de plantas que tienen isoflavonas funcionan en el cuerpo como un tipo de estrógeno y pueden ayudar con algunos de los síntomas de la menopausia como los calores repentinos y las sudoraciones nocturnas. Las isoflavonas están en el tofú y en la leche de soya. 

- Omega 3: Ha sido comprobado que el omega 3 puede disminuir la frecuencia de los calores repentinos y las sudoraciones nocturnas. Algunas fuentes de omega-3 son el salmón, el atún y las semillas de lino y de chía.

-Agua: Todos sabemos que el agua es buena y de pronto podríamos tomar un poco más. Para las mujeres que estén pasando por la etapa de la menopausia, el agua puede ayudar a reducir la resequedad vaginal, mejorar la apariencia de la piel y hacerlas sentir mejor en todo sentido. 

Y así como hay comida muy buena para la menopausia, también hay alimentos que pueden hacer esta etapa más difícil y que puedes evitar: 

-Limita el consumo de la grasa saturada: En general es mejor evitar la leche entera, el helado, el queso y las carnes grasosas porque estas pueden contribuir a incrementar el colesterol en las arterias y, por lo tanto, incrementar el riesgo de problemas de corazón. 

-Modera el consumo de sodio y de azúcar: Demasiado sodio puede generar presión alta. Y el consumo exagerado de carbohidratos refinados como la pasta, el arroz y las papas está vinculado con picos en el nivel de azúcar en la sangre lo que puede generar calores repentinos o sofocos. Algunas mujeres también comentan que evitar comidas picantes, cafeína y bebidas alcohólicas ayuda a reducir los sofocos. 

En general, come lo más cercano posible al estado natural de las comidas. Entre menos empaque y comida procesada, mucho mejor. 

Las comidas recomendadas para la menopausia son las mismas que aconsejan para un estilo de vida saludable a cualquier edad, lo que me hace pensar que mientras más rápido comencemos a tener hábitos saludables, mejor podemos preparar nuestros cuerpos para lo que venga y eso aplica a todo lo relacionado con nuestro estilo de vida. 

No sé tú, pero yo siento que como mujeres muchas veces ponemos las necesidades de otros antes que las nuestras. Ahora le digo a mis hijos: “es mi tiempo, ahora soy un poco egoísta”. Querer cuidarme, hacer lo que es bueno para mí, descansar y decir “no” a lo que no quiero hacer; no es egoísmo, es sabiduría y mientras más pronto lo haga, mejor será para mí. Mientras leía sobre la menopausia encontré un libro de la Dra. Mandal llamado Dear Menopause I Do Not Fear You. ¡El título lo dice todo! y esa es la actitud que estoy decidiendo tener.   

 Manuelita




Extraño tener mi mesa llena

manuelita otero

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“Nos encanta tener invitados”, eso es lo que uno escucha en muchos de los shows de televisión que hay sobre parejas felices buscando la casa de sus sueños. El conductor del programa les muestra lugares espectaculares con vistas increíbles, cuartos amplios y un área social con una piscina perfecta para hacer fiestas. 

Nuestra casa no es muy grande en realidad, aún así soñamos con construir una cerca y una terraza en nuestro jardín para que sea un lugar muy acogedor con más espacio para nuestras celebraciones al aire libre. Mientras esto ocurre, es bonito notar que ese espacio lujoso no es necesario cuando estás compartiendo con personas que amas. Nosotros tenemos una mesa enorme en la mitad de la cocina y ahí es donde pasamos la mayoría de nuestro tiempo cuando estamos juntos. Por supuesto, tristemente muchas cosas han cambiado debido al Covid-19 y todos estamos ajustándonos a una nueva realidad, pero la alegría de compartir con nuestro círculo más cercano es aún más fuerte y lo apreciamos más que nunca. También estamos buscando formas creativas para poder compartir comidas y charlas y cuidarnos en esta difícil época. ¿Tus hábitos alimenticios han cambiado en estos últimos meses? ¿Has descubierto habilidades culinarias ocultas? ¿Has encontrado la forma de compartir comidas con tu familia y amigos en medio del distanciamiento social? Creo que está en nuestra naturaleza humana adaptarnos constantemente e improvisar. Muchos nos vimos forzados a cambiar nuestras tradiciones y hábitos y, por más difícil que sea, también es una oportunidad para crear hábitos nuevos. 

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En mi familia nos gusta comer en casa, entonces este no ha sido un gran cambio para nosotros, pero, ahora, mi hija Nikka está disfrutando mucho más cocinar, lo que realmente me encanta. Ella con frecuencia busca una receta, usualmente algún plato asiático fancy, pone música a todo volumen, nos echa a todos de la cocina y, de paso, aprovecha para pasar un rato a solas libre de las reuniones de Zoom. El resultado final es una comida deliciosa para todos (y no cocinar para mí, ¡lo que siempre es ganancia!). A mi hijo también le encanta cocinar, y él es realmente bueno cocinando, pero sólo cocina cuando está en el mood para hacerlo. El otro día Andrei hizo una llamada virtual con su papá, que vive en Colombia, para hacer empanadas paso a paso. Le quedaron buenísimas, tal como las famosas empanadas  de Mimina. Estoy feliz como él está aprendiendo a mantener la tradición de su abuela. 

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Por otro lado, en vez de ir a cafés -lo que extraño muchísimo- estamos haciendo largas caminatas mientras tomamos poco a poco nuestro café hecho en casa. También hemos descubierto la magia de los picnics y las comidas al aire libre manteniendo la distancia social. Estamos compartiendo la hora de la comida con amigos a través de la pantalla, cocinando muchas recetas nuevas e intentando tener el ojo muy bien puesto en lo que estamos comiendo porque la verdad a mí me cuesta mucho parar de comer snacks a lo largo del día. 

Con la llegada del Covid-19 muchas cosas han cambiado. La vida ha cambiado. En este momento muchos estamos en confinamiento o, poco a poco, saliendo a la nueva realidad, pero nada es igual y no lo será por un tiempo. Pero lo que hagamos ahora, mientras el mundo cambia, afectará la forma en cómo vamos a enfrentar el futuro. Esto pasará, una nueva etapa llegará y tenemos que estar listos. Tenemos que ser un poco más ligeros para muchas cosas y más sabios también. Por lo general, pasamos por ciertas situaciones para crecer y arrojar lo que nos está frenando, y así poder recibir todas las cosas buenas que están por venir. 

Creo que podemos estar de acuerdo en que hemos pasado por retos grandes en este tiempo, por lo que no puedo esperar para ver todo lo bueno que está en camino, los muchos abrazos que daremos y recibiremos y la alegría que sentiré cuando nuestra mesa vuelva a estar llena. 

Manuelita   

Come, para y escucha

manuelita otero

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Comer debería ser fácil, agradable y simple, ¿cierto? Nada mejor que una mesa llena de personas que quieres compartiendo comida deliciosa. Pero aunque suene muy pintoresco, este no es el caso para todos. El momento de las comidas para muchas personas es algo difícil, no es un momento del todo agradable. Lo más probable es que un blog más no te va a dar la fórmula “mágica” que has estado buscando, pero si estás en medio de una batalla relacionada con la comida, o así tú y la comida se lleven muy bien, queremos invitarte a que tomes tiempo para escuchar tu cuerpo y pienses en lo siguiente:

  • Saturación de información: Permitir demasiada información puede ser algo muy negativo en nuestras vidas, especialmente cuando se reciben consejos de personas que no nos conocen y nos recomiendan qué es supuestamente lo mejor para nosotros. Un año hay comidas que están en furor, pero al año siguiente no puedes “ni considerarlas” en tu mercado. Claro, estar informado es bueno, pero asegúrate de que sean fuentes confiables y, aún más importante, escucha lo que tu cuerpo te está diciendo antes de que decidas cambiar tu estilo de vida o de alimentación.

  • La salud no es una moda: Parece haber una nueva moda cada año o cada temporada. Aparece supuestamente la comida perfecta para solucionar todos nuestros problemas, el secreto que nos dará “la eterna juventud”, la dieta que quemará toda nuestra grasa, los alimentos que combaten todo tipo de enfermedades… En fin, la lista es larga. Hay hambre en nosotros por algo que arregle las cosas rápido, pero nuestra salud no es una moda que cambia cada año, es única y nuestra responsabilidad es conocernos tan a fondo que podamos saber qué nos funciona y qué no nos funciona.

  • La comida no es la misma: La comida ha cambiado. Este hecho podría explicar porque ahora hay tantos problemas con alergias y otros problemas relacionadas con nuestro metabolismo y digestión. Muchas comidas están enriquecidas con vitaminas y minerales de manera “artificial”, además tienen aditivos e ingredientes que ni siquiera se pueden pronunciar. Trata de comprar comida fresca, lo más cercana posible a su lugar de origen, cosecha o producción y con la menor cantidad de empaque. El plástico no es sólo terrible para el bienestar del medio ambiente, sino que además es malo para nosotros. Algunas partículas de plástico en nuestra comida van para nuestros cuerpos y nos afectan. Si puedes, por ejemplo, planta un jardín con algunas hierbas, frutas o aromáticas que puedas usar. Por otro lado, procura cocinar en casa. Puede que tome un poco más de tiempo, pero tu salud y tu cuerpo te lo agradecerán.

  • Tu estilo de vida: Nuestros cuerpos trabajan fuertemente mientras procesan la comida y necesitan el ambiente adecuado para hacerlo. Practicar mindfulness mientras comemos no es sólo algo chévere para compartir en redes sociales, es algo real y necesario. Cuando comemos necesitamos enfocarnos en comer: revisar nuestra actitud hacia los alimentos que estamos comiendo, escuchar a nuestro cuerpo cuando ha comido suficiente, saborear la comida, ver sus colores, sentir su textura. Son todos estos hábitos saludables a la hora de comer.

Puede que tome tiempo hacer las paces con ciertos temas relacionados con comida, con los que peleamos todos los días. Pero, mientras más pronto comencemos a hacer lo que necesitamos hacer, más rápido podremos disfrutar nuestra relación con la comida. Sea buscando ayuda -profesional o con buena experiencia- o simplemente separando tiempo para comer tranquilos diariamente. Comer es uno de esos placeres en la vida que no puede darse por garantizado siempre ¡Disfrútalo un mordisco a la vez!

Manuelita

¿Con qué estás sazonando tus comidas?

manuelita otero

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Como si fuera ayer, recuerdo una época muy dura de mi vida en la que las horas del almuerzo y la comida se volvieron un gran refugio en medio del día a día. No lo digo porque comiera mucho o porque estuviera desahogando mis penas con la comida, sino porque ocurría algo importante -casi mágico- a la hora de comer y era que lograba desconectarme de las decenas de problemas que tenía por esos días.

Cuando me sentaba a comer, me sentaba a comer. Disfrutaba de lo que estaba servido, de la compañía y de las recetas raras que a veces se le ocurrían a mi esposo. Sentía alivio, descanso, esperanza, conexión. Inclusive muchas veces era el momento de ver en la tele noticias deportivas (que las amo), escuchar música alegre o comentar bobadas. También recuerdo que era el espacio perfecto para hablar sin afanes con la persona que en ese entonces nos colaboraba en la casa y a veces nos cocinaba. Era ahí cuando ella nos compartía cosas de su vida y nosotros de la nuestra. Nos reíamos. Era la hora de la comadrería.

Tal vez fue desde esa época que me volví quisquillosa respecto a lo que se habla a la hora de sentarse a la mesa. Mi familia -que me conoce bien- sabe que en mi casa a la hora de comer no hablamos ni de enfermedades, ni de tragedias, ni de accidentes y menos de las noticias duras o amarillistas que se nos cruzan a cualquier hora del día. No importa si lo que estamos compartiendo es un sándwich sencillo, un ajiaco o una deliciosa pasta. No importa. Sea lo que sea que se haya preparado, hablamos de todo menos de cosas muy tristes o desagradables porque para eso existen muchas otras horas del día. Incluso, si es algo urgente y no tan chévere, lo podemos hablar con el café o la aromática de sobremesa cuando ya hayamos tenido la oportunidad de saborear tranquilamente lo que teníamos para saborear.

A mí la verdad me aterra en las “condiciones” en las que mucha gente come. Y no me refiero a las condiciones sociales o económicas - porque, claro, esa es otra historia-, me refiero a que muchos comen escuchando los poco digeribles y difíciles noticieros, o comen hablando de lo trágica que fue la muerte de “Pepito” o de lo tenaz que está la situación del mundo o de la ciudad en donde viven. Yo sencillamente no puedo. Creo -por experiencia y por evidencia- que la comida alimenta mejor -al cuerpo y al alma- cuando está acompañada de una amena charla o de un agradable silencio.

¿Has pensado alguna vez en todo esto? Yo sí te quiero invitar a que pienses detenidamente con qué estás sazonando tus comidas, con qué tipo de charlas, con qué tipo de pensamientos, con qué tipo de imágenes. No importa que la publicidad no te lo recuerde. No importa que lo único de moda sea pensar en las calorías, las grasas y los azúcares que estás consumiendo. No importa que la obsesión de muchos se haya vuelto si la comida es orgánica o si sus empaques son ecológicos. En mi caso la obsesión se ha vuelto comer tranquila y feliz. Al fin de cuentas, comer es algo que hago como mínimo unas 80-90 veces al mes. ¿Entonces por qué no usar, en ese casi centenar de oportunidades, los mejores ingredientes?

Ana

¡Amo mi taza de café!

manuelita otero

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Me encanta el café. ¿El té?... Ummm apenas estoy comenzando a probarlo y, siendo sincera, lo estoy haciendo por necesidad porque hace poco me dió una tos que no se quería ir. Nada me estaba sirviendo para espantarla, hasta que dos semanas de té con limón, miel y jengibre fueron la solución, entonces ahora me gusta el té. Y, a lo mejor, pronto puede que diga que me encanta. En realidad, mientras más lo pienso, no es que me guste tanto el café; lo que me gusta es el momento que paso cuando estoy tomando café. Me encantan las conversaciones, los recuerdos y el tiempo que tengo a solas mientras tomo mi café. Hay algo especial en estas bebidas, algo que ha pasado de generación en generación. La verdad son bebidas acompañadas de rituales preciosos que de alguna manera suavizan el cuerpo y la mente.

Pareciera haber una lista sin fin de estudios sobre los beneficios del café y del té. Acerca de cómo su contenido de cafeína actúa como un estimulante que reduce el cansancio. Los tés blancos y verdes, especialmente el matcha, gyokuro y anji bai cha contienen un aminoácido llamado teanina que reduce la ansiedad y nos calma incrementando el número de neurotransmisores que balancean equilibradamente nuestros estados de ánimo y modulan la serotonina y la dopamina. El té aumenta la capacidad de quemar grasa como combustible, lo que mejora la resistencia muscular, ayuda a reducir el riesgo de sufrir de un ataque cardíaco, nos protege contra enfermedades cardiovasculares y degenerativas y, además, nos ayuda a combatir los radicales libres. El café brinda protección contra la diabetes tipo 2, el Parkinson, el cáncer de hígado y aporta algunas cosas que nos sirven para tener un corazón sano. El café también puede aumentar la tasa metabólica, protegernos contra la enfermedad de Alzheimer y la demencia, y es la mayor fuente de antioxidantes en la dieta occidental. Adicionalmente, estimula la liberación del neurotransmisor dopamina que produce una sensación agradable de euforia.

Todas estas son buenas razones para amar el café, el té o el chocolate, pero hay ciertos beneficios de estas bebidas que simplemente no se pueden medir o explicar. El té en Japón es una tradición, la famosa ceremonia del té es una de las tres artes japonesas de refinamiento. Es una invitación a disfrutar esta bebida como un proceso de arte, apreciando la belleza del momento, la simplicidad y a la vez la complejidad del proceso. Una tarde de té en Londres es otro ejemplo de cómo una bebida se puede convertir en una parte indispensable de la esencia de cierto lugar y del hecho de compartir tradiciones.

A veces los beneficios de una bebida solo se pueden medir por los recuerdos, las tradiciones, o las raíces profundas que hacen parte de ti o de algún lugar. Recuerdo hace tiempo visitando a mis tías en Medellín, Colombia. Sabía que, siempre a las 4pm, alguien decía desde el primer piso: “vamos a tomar el algo” y el olor a almojábanas, buñuelos, pandeyucas o pandequesos llenaban el aire, mientras que todo el mundo hablaba al mismo tiempo y tomaba café o chocolate. También recuerdo “las onces” cuando visitamos a nuestra familia en Bucaramanga, Colombia. Nuevamente una mesa, llena de personas amables, comiendo tamal, pan, queso y tomando chocolate o café. Al pensar en todo esto, recuerdo las muchas oportunidades que he tenido de compartir con amigos y familiares alrededor de una taza llena de una de estas ricas bebidas. Recuerdo también, las reuniones con mi hija hablando sobre My Closet Etc. tomándonos un café y comiendo un pastelito. Y, como si fuera poco, recuerdo también con mucha alegría los tantos cafés que he disfrutado sola... escribiendo, pensando o simplemente haciendo nada.

Mi hora favorita es la hora del café. No tanto por el café, sino por el sentimiento y el mood que nace alrededor de una taza de café, por el tiempo que comparto con otras personas y el oasis que logro crear en medio de un día ajetreado o difícil. ¿Qué hay de tí? Tal vez no te encanten el café o el té, pero ¿por qué no crear una tradición especial que te haga sonreír y que se transmita de generación en generación?

Manuelita @manuelitaotero

De tales madres… tales hijos

manuelita otero

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Tengo la suerte de ser la hija de una tremenda cocinera y Miguel, mi marido, tiene la suerte de ser el hijo de otra. Crecimos comiendo bien, apreciando la buena mesa, pero, sobre todo, aprendiendo a cocinar al lado nuestras madres. Ellas descubrieron hace muchos años que la comida es la mejor manera de darnos amor a los miembros de sus familias, de consentirnos y de mantenernos unidos. No se complican, todo lo ven fácil, les encanta tener la casa llena y son capaces de atender gustos y exigencias diferentes. Son las perfectas anfitrionas y la cocina se convierte en su principal centro de operaciones.

Estas dos mujeres que nos inspiran son realmente increíbles. Llevan casadas toda la vida con sus esposos, educaron hijos de bien y son los pilares de sus familias. Son fuertes, berracas, organizadas y metódicas. Yo realmente no sé cómo lo logran. Pilar, mi mamá, es paisa de pura cepa. De ella hemos aprendido su habilidad para planear y siempre está un paso adelante, con una fuente de energía inagotable. De Eddy, santandereana, la mamá de Miguel, hemos aprendido la meticulosidad para seguir técnicas y la organización, es estricta y generosa a la hora de enseñar. 

Ellas y los sabores que nos llevan a viajar a momentos felices de nuestra infancia y de compartir en familia inspiraron e inspiran a DE TAL MADRE, un emprendimiento en el que convertimos la cocina de nuestra casa en el lugar donde entregamos amor y consentimos a través de lo que cocinamos. DE TAL MADRE son cenas clandestinas en las que 12 personas -que muy probablemente no se conocen entre sí-, comparten una mesa colectiva. (Y, también, cuando nos necesites para una comida deliciosa en un evento ofrecemos catering).

Las cenas clandestinas son una tendencia gastronómica que inició hace más de dos décadas en París cuando varios chefs jóvenes, recién graduados de sus academias, no contaban con el dinero suficiente para montar un restaurante y decidieron buscar espacios alternativos para mostrar a los comensales su trabajo y su propuesta gastronómica. Adicionalmente, las cenas clandestinas son un espacio para construir conexiones humanas -cada vez más difíciles de encontrar por estos días-; son una experiencia muy interesante y con un ambiente diferente al que se vive en los restaurantes tradicionales. De hecho, hoy se ha convertido en una tendencia en muchas ciudades en el mundo, entre ellas Bogotá. En la mayoría de los casos no se conoce el menú con anticipación ni se sabe con quiénes se va a compartir la mesa. Atreverse a estar dispuesto a probar cosas nuevas y a conocer personas nuevas, hace parte de la experiencia que invita a llegar puntualmente y con la mente abierta.

Abrirle las puertas de nuestra casa a un grupo de amigos y extraños -que al final de la noche terminan siendo más cercanos- ha sido una experiencia linda y ha tenido una mezcla de sentimientos y emociones interesantes: la angustia de que no lleguen todos los que se apuntaron, la adrenalina de que vayan a timbrar antes de que podamos tener todo listo para recibirlos de la mejor manera posible y según lo planeado, los nervios de presentarles el proyecto, la emoción de contarles las historias que lo rodean y cada uno de los platos que servimos, la expectativa de saber si les va a gustar y si van a quedar satisfechos, la alegría de oír comentarios generosos, el cansancio del trabajo duro durante muchas horas, la satisfacción de leer publicaciones recomendándonos y mensajes de agradecimiento y las enormes ganas de que vengan muchas otras noches de mesas llenas, platos vacíos y corazones alegres.

Bienvenidos los amigos y extraños a nuestra mesa, a nuestra casa, a nuestra cocina para que juntos la llenemos de emociones, lindas energías y momentos memorables. Bienvenidos a este tributo a nuestras madres, a sus sabores, a sus técnicas, al amor que nos han entregado toda la vida en sus platos. ¡Los esperamos muy pronto en nuestra mesa! 

Si te interesa conocer más acerca de las cenas clandestinas o de DE TAL MADRE contáctalos:

Cel. 315.659.0436  | mail: detalmadre@gmail.com

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Por Anamaría Uribe

Soy ingeniera industrial y eso me define mucho: cuadriculada, planeadora, terca, recursiva y soñadora. En mi vida pasada fui ejecutiva de empresas multinacionales -lugares en los que aprendí mucho y que me hacían sentir muy importante-, pero dedicaba largas horas a las jornadas laborales y eso, de cierta manera, me hacía sentir que tenía mi vida vendida a la causa. Eso sí, por una buena suma de dinero mensual. Pero un día decidí que quería algo diferente y quería, además, dedicar más tiempo a mi familia y a mí misma así eso implicara, al menos por un tiempo,
recibir ingresos menores.

Cada mordisco es una decisión

manuelita otero

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El otro día tuve que parar después del trabajo en el supermercado a hacer unas compras, estaba cansada y tenía hambre. Mientras caminaba por los pasillos, sólo estaba pensando en una cosa: ¡Cheetos! Quería cheetos y mientras más me acercaba al estante donde estaban, más los deseaba. Eso es usualmente de lo que me antojo cuando estoy cansada o triste. Sé que no son buenos para mí, la verdad ni siquiera me gustan, pero algunas veces sólo quiero cheetos. Cuando finalmente estaba al frente, justo a punto de coger mi bolsa de cheetos, noté las manzanas verdes en mi carrito y decidí no comprarlos. Me sentí tan orgullosa de mí misma y esa manzana supo ¡tan rico!

Todo comienza con una decisión, todo lo que como tiene un impacto en mí,en quienes quiero y en mi planeta. Cada mordisco es más que un mordisco y muchas veces estamos tan ocupadas que comemos sin pensar. No nos damos cuenta de lo que ese mordisco significa para nuestro cuerpo, nuestra familia y nuestro medio ambiente. A veces tenemos una mentalidad de corto plazo, queremos algo ya mismo, entonces compramos cualquier cosa, lo que primero se nos atraviese o un antojo poco saludable y/o poco amigable con el planeta; en vez de practicar la paciencia y decirle “no” a las cosas que nos hacen daño, que nos pueden enfermar o que incrementan nuestro peso sin necesidad. Además, nuestras decisiones sobre lo que comemos van más allá de nosotros mismos; impactan en alguna manera nuestro planeta.

Cuando estaba en la universidad estaba involucrada con nuestro club ambientalista. Invitábamos a los estudiantes a reciclar, reusar y a buscar formas para minimizar nuestro impacto ambiental. Crecí y me ocupé tanto que ya no tenía tanto tiempo para pensar en eso. En mi día a día trato de reusar lo que más puedo, reciclar, utilizar poca energía, ¿pero es eso suficiente? No creo, siempre hay una oportunidad para hacer más. Últimamente he estado leyendo sobre el tema de sostenibilidad, especialmente lo que está relacionado con comida y cómo lo que comemos impacta nuestro ambiente. Nuestras dietas son insostenibles y están afectando nuestro planeta de formas alarmantes. Nuestros antojos y nuestra búsqueda de “lo conveniente” están llenando demasiado los basureros. Entonces, ¿qué podemos hacer? Hacer lo que puedes hacer con lo que tienes en el momento. Lo importante es comenzar con algo. Si te importa tu cuerpo, tu futuro y tu planeta, pregúntate: ¿qué puedes hacer ahora? ¿Qué podrías cambiar o incluir en tu día y en tu dieta? Una amiga me recordó hace poco lo fácil que es minimizar desechos innecesarios. Ella lleva su pocillo a todas partes y así no tiene que utilizar vasos desechables. Yo puedo hacer eso, puedo evitar botar un pocillo de papel o plástico cada día y otros pueden hacer lo mismo hasta que algo así se convierte en un hábito.

Cada día tú y yo podemos tomar la decisión correcta. Lo que pongo en mi cuerpo me impacta ahora, mi salud a futuro y a las generaciones que vienen. Da cada mordisco con propósito y piensa un poco en tus hábitos alimenticios y en los recursos que estás utilizando. Busca formas para minimizar tu huella ambiental y cuida tu salud y tu planeta. Ten por seguro que es un proceso y a veces no es tan fácil.

Ahora bien, ya que les conté mi historia exitosa de cheetos vs. manzana, debo también compartirles la que no terminó tan bien: La misma semana que escogí mi deliciosa manzana en vez de los cheetos, llegué a la casa después de un largo día y no había comido bien y tenía mucha hambre. Fuí a la cocina, pasé las manzanas al mesón y, en vez de fruta, cogí una bolsa grande de papas fritas, me senté en el sofá y me comí, yo sola, la mitad de la bolsa. Sabía que estaba tomando la decisión errónea, sabía que me iba a sentir mal, pero en ese momento sólo quería papas fritas. Todo esto es un proceso, no dejes que las fallas de un día determinen el resultado final.

Manuelita @manuelitaotero

Alimenta la belleza

manuelita otero

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¿Alguna vez has ido de compras en busca de una crema anti-arrugas? ¿Te paras al frente de lo que parecen miles de opciones que van de costosas a más costosas y quieres comprar la mejor solución para ti, según tu edad y tu piel, la que por fin cumpla con sus promesas; sigues buscando, pero al final sales con las manos vacías? No sé si así sean las compras de belleza para ti, pero así son para mí. Simplemente no sé a qué marca creerle o qué creer. Sin embargo, sí hay una forma más simple de obtener algunos de los beneficios de las cremas y que puedo hacer desde la comodidad de mi propia casa: comer alimentos que contengan antioxidantes y vitaminas de gran valor. 
 
Nuestros cuerpos pasan por cambios constantes e increíbles, pero no todos son considerados buenos. Después de los veinte, por ejemplo, nuestra piel comienza a producir menos colágeno (el colágeno es lo que permite tener una piel más firme), menos elastina (que hace la piel más elástica) y menos glicosaminoglicanos o GAG’s (que hidratan la piel). Estas pérdidas implican la aparición de arrugas y una piel más sensible y frágil. Aparte de esto nuestro cuerpo tiene que luchar con el exceso de radicales libres, que son átomos que recorren nuestro organismo intentando robar un electrón de las moléculas estables, y que se forman naturalmente en el cuerpo o como resultado de dietas extremas, estrés, excesiva exposición solar, consumo de alcohol o tabaco, contaminación ambiental, entre otros. Aparte de producir envejecimiento prematuro, los radicales libres también atacan el cerebro causando enfermedades delicadas. 

Los antioxidantes ayudan a estabilizar estos radicales libres y minimizan el daño que causan. Puede que tengas algunos antioxidantes en tu alacena o en tu nevera, así que hay algo que puedes hacer ya mismo para prepararte para la batalla interna en tu organismo entre los radicales libres y los antioxidantes. Los siguientes alimentos son ejemplos de buenas opciones para que brilles desde adentro:

  • Café: ¡Uno de mis favoritos! El café en moderación es bueno para tu salud, es rico en antioxidantes, puede reducir el riesgo de sufrir de diabetes tipo 2, cáncer de colon, cáncer del hígado y enfermedad de Parkinson. Además te llena de energía y puede ayudar a evitar dolores de cabeza y a mejorar tu ánimo.
  • Uvas pasas: Tan raro como pueda parecer, son buenas para tus dientes porque tienen un alto contenido de antioxidantes que batallan contra la producción de placa bacteriana que es la que la causa inflamación y enfermedades en las encías. Son ricas en fibra, hierro, pero también son ricas en azúcar y en calorías. Úsalas en cantidades pequeñas para aderezar ensaladas, avena o quinua.
  • Comidas de soya: Son ricas en isoflavonas que producen y ayudan a conservar el colágeno. Algunos ejemplos: salsas de soya, tofu y granos de soya empacados, estilo maní.
  • Bayas: Están llenas de antioxidantes, antiinflamatorios y vitaminas. Tienen vitamina C que ayuda a mantener la piel fuerte y firme. También conocido como ácido ascórbico, la vitamina C es esencial para la producción de colágeno.
  • Zanahorias: Están llenas de carotenoides que protejen la piel, los tejidos y las células de toxinas y enfermedades que cuales causan daños y arrugas. Hazlo un hábito: ten zanahorias contigo todo el tiempo y así siempre tendrás snacks listos.
  • Lentejas: Contienen vitaminas B y biotin, que ayuda a la salud de tu cabello. También están llenas de proteína y fibra, dos nutrientes que te ayudan a mantener los niveles de azúcar y te hacen sentir llena mas tiempo.
  • Pimentones rojos: Están llenos de vitamina C, teniendo tres veces más vitamina C que una naranja.
  • Aceite de coco: Ayuda a mejorar la salud estomacal, a prevenir el mal de Alzhaimer, es alto en grasas saludables, vitamina E y K, puede ayudar con el crecimiento y la salud del cabello, reduce el estrés en el hígado y ayuda a mejorar los daños relacionados con el estrés.
  • Té verde: Mejora la hidratación de la piel, la elasticidad y densidad.
  • Champiñones: Fortalecen el sistema inmunológico. Están llenos de copper, el mineral que produce colágeno y que es alto en antioxidantes lo que ayuda a exfoliar la piel.
  • Almendras: Es la mejor fuente de Biotin (vitamina H) y contienen magnesio lo que puede ayudar a relajar y a controlar el nivel de azúcar. También son una gran fuente de fibra y proteína, y además ayudan a mantener tu cabello brillante.
  • Agua: tomar agua es clave para asegurar que los nutrientes que comes sean transferidos a las células.
  • Chocolate: El cacao contiene flavonoides que hacen que te sientas feliz porque cuando los comes el cerebro libera endorfinas, el químico que te hace sentir bien y Feniletilamina, que es la que produce esa agradable sensación al enamorarse.
  • Nueces: Contienen nutrientes como omega 3 y vitamina E que ayudan a mantener la piel suave. También protegen tu cabello de los daños de los rayos solares y lo mantiene brillante.
  • Espinaca: Contiene una dosis de elementos que juntos batallan contra las arrugas: vitamina C, vitamina E y betacaroteno. Además este trío ayuda a proteger tu piel de los rayos solares.
  • Aguacate: Son ricos en ácidos grasos monoinsaturados que son maravillosos para el cabello, la piel y las uñas. También ayudan a bajar los niveles de colesterol y reducen la aparición de arrugas. Los aguacates, además, contienen antioxidantes, fibra, potasio, magnesio y ácido fólico. Un aguacate tiene más potasio que un banano.
  • Col: Está lleno de vitaminas A, B6, C, K, magnesio, fibra y omegas. Un pocillo de col provee 10% de RDA de omega -3 ácidos grasos, que ayuda a reducir la inflamación en el cuerpo. Un pocillo de col es un antioxidante efectivo, mejora el sistema inmunológico y ayuda a mantener la buena salud de los huesos y de los dientes.

Estos son solo algunos alimentos que puedes incluir en tu dieta diaria para mantener tu belleza interna. Si tienes “recetas de belleza” compártelas con noostros en los comentarios, nos encantaría escucharlas.

Me encanta como Bobbi Brown, artista en maquillaje y fundadora de Bobbi Brown Cosmetics, dice en su libro Living Beauty, “No sé porqué no está bien que envejezcamos. Yo pienso que una cara sin líneas de expresión ni planos es una cara inexpresiva. Es un rostro que carece de calidez y confianza ". Y estoy de acuerdo, no me molestan mis arrugas. Mis líneas cuentan mi historia, quiero que mis expresiones sean reales y que las personas las vean. Pero quiero también tener un glow saludable que viene de adentro y que comienza con mi actitud hacia la vida, mis hábitos y lo que como. No se trata de verme más joven, se trata de verme lo mejor posible sin importar mi edad. Así que en vez de pasar horas tratando de comprar la crema antiarrugas perfecta, le dedicaré más tiempo a la planeación de mi menú semanal y así podré prestar mayor atención a lo que como.

¡A hornear!

manuelita otero

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Me encanta comer, me gusta cocinar, pero si algo no puedo hacer es hornear. No es que no me guste, es que simplemente no lo hago bien. Estas últimas semanas me he sorprendido a mí misma porque he estado buscando en Pinterest recetas para hornear, especialmente tortas que, por cierto, son mi debilidad. Yo horneo tal como como hago todo lo demás en mi vida: busco varias recetas y todas se ven tan buenas que comienzo varias al mismo tiempo y a mitad de camino se me ocurre ajustarles ciertos ingredientes o, simplemente, me rehuso a seguir la receta; entonces empiezo a decirme cosas como “después de todo, mi torta realmente no necesita toda esa mantequilla o toda esa azúcar, ¿cierto?”  Luego al sacar mis tortas del horno, ¡ups! parecía que sí necesitaban los ingredientes de la receta y lo noto claramente cuando mis tortas no se ven como las de la foto. En más de una ocasión me he prometido a mí misma que no voy a hornear más, pero aquí estoy de nuevo, simplemente me rehuso a darme por vencida. Un pedazo de torta recién horneada con una taza de café es algo que vale la pena.

Una amiga me explicó que al hornear es importante seguir las instrucciones al pie de la letra, por lo menos para quienes están comenzando. Parece que hornear es una ciencia muy exacta, una maravillosa reacción química y una perfecta fusión de ingredientes. La cantidad exacta de azúcar, de harina, de mantequilla y hasta el tiempo exacto para mezclar todos los ingredientes.  En mi opinión, demasiadas cosas para tener en cuenta, por eso es tan difícil. Simplemente yo no soy buena siguiendo instrucciones, no porque sea una rebelde o porque me gusten los problemas, lo que pasa es que creo que soy un poco impulsiva y de pronto algo impaciente. Si la receta me dice que tengo que batir la mezcla por una cierta cantidad de tiempo, yo creo que la mitad es suficiente. En medio de una receta decido cambiarle el sabor a la receta original y, por ejemplo, le añado café o coco para variar las cosas. Hornear también requiere tiempo y preparación. Hay ingredientes que no se pueden reemplazar con otros, entonces es más difícil improvisar, hay que planear con anterioridad, lo que definitivamente no es mi fuerte.

A medida que mezclo la masa para mi nueva creación pienso que de pronto no es que sea mala haciendo tortas y panes, simplemente mis habilidades al hornear reflejan mi estilo de vida: imperfecto, incierto, no planeado, siguiendo más una pasión y un amor por la vida que esperando que todo sea una receta con medidas exactas y planes perfectos, algo que no se puede describir en cinco pasos. Creo que a veces queremos un plan exacto, una descripción de cada paso y queremos saber qué viene a continuación, qué sigue y así poder prepararnos y, no solo eso, también queremos que casi todo ocurra lo más rápido posible, pero así no funciona la vida. Cada uno de nosotros tiene un camino específico -una vía única y muy especial- y muchas veces diferente a la de los demás. El éxito puede ser una cosa para ti y algo totalmente diferente para mí. Todos somos seres únicos, necesitamos hacer lo que nos hace felices y vivir para lo que hemos sido creados.

Mis tortas puede que no se vean como las de las fotos en las recetas que sigo, pero les puedo asegurar que nos hemos comido con gusto cada cosa que he horneado. Así como en mi vida, me encanta el proceso, el reto, la expectativa, y la posibilidad de hacer algo rico.

Manuelita   @manuelitaotero

P.D. Si tienes buenas recetas, me encantaría ensayarlas, prefiero que sean fáciles y, por si no lo he mencionado, amo las tortas y  el café. Una mezcla de los dos sería lo mejor.

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El “simple” acto de comer

manuelita otero

¿Te acuerdas lo que comiste ayer en la noche? ¿Qué tan a menudo comes a las carreras sin prestarle atención a lo que estás comiendo? A veces no estoy tan consciente de lo que hago durante mis comidas como sé que debería estarlo. Me encanta comer, me encanta la comida, pero algunos días hay tanto por hacer que la hora de comidas se convierten en el momento perfecto para planear las diferentes actividades del día en vez de ser el momento para simplemente comer.  

Prestar mi total atención al momento de comer no es nada nuevo que quiera hacer, lo he pensado y he tratado de tenerlo en cuenta a menudo, pero nunca con la perspectiva que Leo, una amiga, me dio después de una cirugía que tuvo. Así es como ella lo explica:

“La vida está llena de oportunidades para aprender y ser creativo. Hace algunas semanas tuve una cirugía que por su complejidad fue realizada a través de la nariz. Todo salió muy bien, lo único no tan bueno fue que mi sentido del olfato quedó bastante disminuido, por lo que también se alteró mi sentido del gusto. No sentía el sabor de los alimentos, me daba igual comer una arroz chino que un arroz normal, el pollo a las finas hierbas no me sabía a hierbas, el helado no me sabía a dulce y así sucesivamente. Esta situación me desanimó un poco pues no iba a poder disfrutar de las comidas ni iba a poder saborear una infinidad de sabores. Entonces me dije a mi misma: tengo que hacer algo, pues recuperar el sentido del gusto me va a tomar tiempo y no puedo sentirme baja de ánimo durante tanto tiempo, así que me dí a la tarea de apreciar otra cosa a la hora de comer: la textura de los alimentos. Yo solía comer relativamente rápido así que muchas veces no alcanzaba siquiera a distinguir a qué sabía lo que me estaba comiendo ni alcanzaba a deleitarme con los diferentes sabores; simplemente pasaba entero. Entonces decidí empezar a experimentar con la textura de los alimentos, a sentir lo que me estaba llevando a mi boca: la jugosa pulpa de la piña, la sensación crujiente de unas papas fritas, la textura cremosa de un postre, la suavidad de un pan recién horneado, la jugosa textura de un lomo, entre otros. Ha sido un ejercicio interesante y enriquecedor porque he aprendido a valorar otras cosas al comer y he podido dejar en un segundo plano el hecho de no poder percibir en su totalidad el sabor de lo que como.”

Me encanta como Leo convirtió una mala situación en algo positivo y una lección para todas nosotras. Aunque seguramente hemos escuchado el dicho “no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes” muchas veces no valoramos las cosas “simples” de nuestra vida -cuando esas cosas son realmente lo que enriquece nuestro existir- y no nos damos cuenta de su valor hasta que las perdemos.

Mi amiga me recordó lo que vale tomarme un tiempo tranquilo para comer, y la importancia de disfrutar y ser agradecida con cada bocado. Mindful eating es disfrutar el momento, aprender a silenciar nuestras mentes mientras comemos aunque estas quieran andar a mil por hora y, finalmente, permitirnos ese momento para renovarnos y reposar un rato sin sentirnos culpables. Mientras más lo hagamos, más fácil será, hasta que disfrutar la comida sin afanes se convierta en un hábito, una feliz respuesta al simple acto de comer.

Manuelita @manuelitaotero  

 

Adiós a la dieta

manuelita otero

Parece que cada día hay una nueva dieta de moda. Las personas parecen estar buscando comidas “milagrosas” cuando dichas comidas puede que ya están en nuestras manos y no lo hemos notado. Estoy hablando de alimentos naturales y simples, y del poder que hay en saborear y disfrutar cada comida. La obsesión con el peso tiene que parar, y no me refiero a que nos dejemos llevar y comamos todo lo que queramos. Quiero decir es que necesitamos tomar decisiones sabias cuando de comida se trata, no porque queramos ser talla “0” sino porque queremos tener una vida llena de buenos años y no un tiempo aquí en la tierra con enfermedades que pudieron haber sido prevenidas si hubiéramos tenido autocontrol y la motivación suficiente para cuidarnos un poco más.

Buscamos soluciones en los lugares equivocados. Creemos en las nuevas dietas y con orgullo seguimos al pie de la letra sus instrucciones y compramos sus comidas. Todo esto para que al final sólo sintamos decepción porque después de unos meses hemos ganado de nuevo el peso que perdimos con la dieta de moda. Hay muchas razones por las que las dietas no te ayudarán a lograr el tan anhelado “antes y después” ya que son soluciones temporales a una situación que nos exige mirar a largo plazo. Las dietas restrictivas pueden ser dañinas para ti porque hacen que tu cuerpo se adapte a un bajo consumo de calorías. El cuerpo se da cuenta del cambio radical que hubo y se adapta haciendo el metabolismo más lento, lo que hace que perder peso luego sea mucho más difícil. Las dietas ayudan a perder peso por un tiempo, pero la única forma para lograr un impacto real en la salud es cambiar nuestro estilo de vida.

¿Quieres un estilo de vida más saludable?  

  • Comienza donde estás: Analiza por qué a veces comes más de lo necesario. ¿Tienes hambre o estás nerviosa, cansada, aburrida o ansiosa?

  • Haz un plan a largo plazo: Primero define metas realistas para cada semana. Ten en cuenta tu horario, tus hábitos, tu tiempo y piensa qué podrías realmente cambiar hoy para acercarte a una vida más saludable.  Haz que funcione para ti, pero sé honesta con los objetivos de tu reto; hazlo por ti. Haz cada meta un poco más difícil cada semana para que vayas viendo avances significativos.

  • Haz algo cada día: Toma un paso diario hacia tu meta. Reemplaza malos hábitos con buenos. Pon atención a lo que comes y haz pequeños cambios diarios. Toma decisiones conscientemente e intencionadas. No va a ser fácil, pero tú tienes el poder de decidir lo que comes.

  • Desayuna: ¡No hay excusas! Si tienes una mañana muy ocupada, deja algo listo desde la noche anterior o despiértate 10 minutos más temprano. Tu cuerpo, para ser saludable, necesita desayunar. Comienza el dia con el pie derecho y desayuna

  • Prepárate: Si te da hambre a menudo, ten comida a la mano. Si no estás preparada con comida saludable, vas a querer parar en el primer lugar que veas o si alguien lleva comida chatarra al trabajo vas a comerla sin pensarlo mucho porque tienes hambre.

¡Actúa con determinación! ¿De verdad quieres ser más saludable? ¡Entonces hazlo! ¿Qué te está frenando? Haz lo que puedas con lo que tienes. Saca tiempo para hacer ejercicio y busca formas para mantenerte en movimiento durante el día. Sé fuerte cuando tengas que tomar la decisión de no comer cosas que no son buenas para ti y, lo más importante, quiérete y respétate en el proceso.

Manuelita

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Cocinar rico en casa no tiene que ser demorado ni complicado

manuelita otero

Me encantan las comidas largas que toman su tiempo, que están llenas de carcajadas con amigos y familia  y que,  por supuesto, tienen platos deliciosos. Muchos de mis recuerdos favoritos han sido creados alrededor de una mesa. A veces no invito amigos o familiares con la frecuencia que quiero porque muchas veces creo que no hay el tiempo suficiente para preparar y compartir comidas especiales. Sin embargo, quiero recordar que preparar algo especial, así sea solo para mí, no tiene por qué tomar tanto tiempo ni ser algo complicado.

Cocinar en casa para una persona ocupada es todo un reto, así que quiero compartir contigo algunos tips que pueden ayudar un poco. De pronto algunos ya los pones en práctica o, de pronto, tienes otros que podrías compartir en la sección de comentarios y así podemos ayudarnos mutuamente a preparar platos deliciosos en menos tiempo.  

Organiza tus recetas: A veces tenemos mucha información valiosa, pero no podemos encontrarla cuando más la necesitamos. Define la mejor forma para organizar tus recetas. ¿Prefieres tenerlas todas online separadas por tipo de comida? ¿O te parece mejor idea tener libros, folders o cajitas especiales para recetas cerca a tu cocina? Escoge lo que sea mejor para ti.

Planear es clave: Piensa en tus comidas con algo de anticipación. Haz un menú semanal o, si quieres, mejor aún, uno mensual. Una vez lo tengas listo puedes incluir los ingredientes en tu lista de mercado regular y así no tendrás que ir con mucha frecuencia de compras lo que, seguramente, te ahorrará tiempo y plata. Saber qué vas a preparar con anticipación es la mitad del trabajo.

A nosotras nos gustan estos planificadores de menús para organizar los menús semanales y así facilitar las compras, uno es de Bakedbree.com y el otro de Cut and Create:

http://bakedbree.com/wp-content/uploads/2012/08/meal-planner-2010.pdf

http://jannawilson.typepad.com/files/weeklymenu.pdf

Relájate al cocinar: Una vez estés cocinando, pon música que te guste y prepárate para crear.  ¿Por qué no hacer del momento en el que cocinas la oportunidad perfecta para relajarte después de un dia muy ocupado?

Sé práctica a la hora de la preparación:

- Comienza a hervir agua inmediatamente comiences a cocinar. Poner una tapa sobre la olla ayuda a agilizar el proceso.

- Si necesitas el horno, haz que se caliente mientras mezclas los ingredientes.

- Limpia y corta todos los vegetales al mismo tiempo.

- Utiliza tijeras de cocina para cortar la carne.

- Si necesitas ajo, jengibre o pimientos; puedes cortarlos todos a la vez.

- Si necesitas mantequilla derretida -pero olvidaste sacarla a tiempo- ráyala y se derretirá más rápido.

- Saltear la comida es una buena opción para preparar delicioso platos rápidamente porque se trata principalmente de usar carnes y vegetales cortados en pequeños pedazos lo que agiliza el proceso de cocción.

- Utiliza ollas pandas y anchas.

Y cuando llegue el momento de preparar comidas especiales piensa un poco fuera de lo común. Por ejemplo, si quieres invitar amigos a una cena especial, pídele a cada uno que traiga parte de la comida. ¿O por qué no hacer algo típico de desayuno para la comida simplemente por variar las cosas? ¿ O qué tal si cada persona que vive contigo escoge un día especial para preparar su plato favorito?. Utiliza también  “guardados” del día anterior y haz un delicioso calentado; haz una comida sólo de entradas o escoge algunos ingredientes principales al azar.

Opciones hay muchas, inventa la tuya para hacer comidas especiales cuando así lo desees. Puede que vivamos más ocupados de lo que nos gustaría, pero siempre hay formas de hacer platos deliciosos en casa sin que tengas que invertir demasiado tiempo.

Manuelita | @manuelitaotero 

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Comer no es sólo cuestión de apetito

manuelita otero

National Geographic tiene un programa tremendamente interesante acerca de cómo funciona nuestro cerebro, se llama Juegos Mentales. En el capítulo que vi esta semana nos contaban cómo el cerebro nos engaña y a la vez nos alerta a la hora de comer o de comprar alimentos, porque tiene en cuenta la apariencia de la comida. Con varios experimentos y entrevistando a los que saben del tema, llegaron a conclusiones como que los colores vibrantes, especialmente las gamas de rojos y amarillos son más atractivos para nuestro cerebro cuando compramos los productos en el supermercado. De allí que, por ejemplo, muchas empresas decidan teñir la mantequilla de amarillo, así su color original sea blanco o gris.

Todo este tema de la apariencia de la comida, más allá de los trucos y maniobras que pueda hacer nuestro cerebro, me hizo pensar en lo rico que es sentarse a comer cuando la comida está bien servida en un ambiente agradable -y ojo esto no quiere decir necesariamente con lujos o en ambientes ostentosos-.

Tengo una tía que es muy detallista con sus cosas y eso siempre me ha parecido inspirador. Ella se fija en cada detalle de su casa, de sus cosas, de su ropa, sin que sea una persona complicada. Siempre me ha llamado la atención cómo - y sin exagerar en pequeñeces- ella presta atención a la forma en que se sirve la comida y se pone la mesa en su casa, independientemente de si la comida es un sandwich de queso o es un gran plato gourmet. Incluso recuerdo que cuando yo era niña y viajaba a su casa en vacaciones, me encantaba verla preparar y servir las ensaladas por el buen gusto y el cariño que les ponía, y esto hacía que las ensaladas se vieran provocativas y deliciosas - y eso que cuando uno es niño no es precisamente el más fan de las verduras-.

Hoy, 20 años después de mis vacaciones habituales en Medellín, sigo disfrutando cada visita a su casa porque de verdad da muchísimo gusto sentarse a la mesa y ver que cada detalle es importante. Todo se ve bien servido, lindo y coqueto sin que exista mayor misterio ni complicación. Uno, aparte de comer rico, come con gusto. Y creo que de eso precisamente es de lo que se trata: de comer con gusto. ¿Qué sentido tiene que invirtamos una platica significativa en la zona gourmet de los supermercados o en verduras orgánicas o en vinos y condimentos de moda si finalmente terminamos sirviendo todo “a las patadas”? ¿Qué sentido tiene que nos matemos trabajando si no nos regalamos tres minutos para poner lo que nos vamos a comer de una manera atractiva y agradable para nuestros propios sentidos?

Creo que hay mucho de cierto cuando se dice por ahí que “todo entra por los ojos”. Y podría asegurar también que hasta comemos de mejor genio y en un mejor mood  si nos sentamos y vemos un plato de comida bien servido, una mesa bien acomodada y uno que otro detalle que nos recuerde que somos importantes en todo momento y que merecemos cosas buenas y bonitas sin importar si estamos solos o acompañados.

Muchas veces es cuestión de regalarse unos minutos y hacer cosas sencillas como: poner un individual limpio y derechito; una servilleta linda y bien doblada; escoger una taza antojadora para la fruta o verdura; tener un par de flores cerca del lugar donde comemos; ponerle una rodaja de limón bien cortada al agua que nos tomamos; quitar un poco el desorden que haya cerca; decorar nuestro arroz o carnes con alguna hierba fresca que nos guste. En fin, cuestión de detalles, cuestión de coquetería para conquistar no sólo el estómago sino también el corazón.

Ana

¡Escoge el poder de las frutas!

manuelita otero

Por alguna razón las frutas no son lo primero en lo que pienso cuando tengo hambre. Me gustan, sí, pero en vez de comer frutas casi siempre como otras cosas menos saludables para satisfacer mi hambre.

Me he estado dando cuenta que últimamente no estoy haciendo cosas que debería hacer, y creo que no las hago porque no es tan “natural”. Esto me ha hecho pensar en la importancia de prestar mi atención plenamente a las cosas en mi vida, incluso a algo tan sencillo como comer una fruta. Y, como quiero disfrutar de todos los beneficios que las frutas ofrecen, he decidido proponerme comer más frutas. ¿Quieres tú también comer más frutas? Aquí te dejo unas ideas que son útiles y fáciles de poner en práctica:

-Úsalas como decoración en casa: Haz fácil que todas las personas de tu casa puedan tomar una fruta al salir. Las manzanas, por ejemplo, son ricas en fibra y su piel contiene quercertina que es un antioxidante que puede prevenir los ataques al corazón. Si quieres sentirte llena por más tiempo, cómete un banano que no solo baja tu presión arterial sino que además es una de las mejores fuentes de almidón resistente que te hace sentir satisfecho e incluso puede ayudarte a quemar grasa.

-Come de un plato lindo: No tienes que esperar a tener visita para prepararte una linda taza o plato de naranjas y así ayudar a tu sistema inmunológico a estar fuerte y a la vez añadir fibra, potasio, calcio, ácido fólico y otras vitaminas, como la B. Come granadas para obtener antioxidantes o papaya por su vitamina  C y sus vitaminas A y E.

-Úsalas para un smoothie: Puedes preparar un smoothie con frutas frescas o añadir a tu bebida favorita baya de acai en polvo para obtener antioxidantes.

-Haz de las frutas un snack completo: Si tienes hambre, come uvas, por ejemplo, que ayudan a mantener tu corazón saludable porque ayudan a bajar el colesterol, o prepárate un bowl de melón para tener la piel radiante.

-Añade frutas a tus ensaladas: Las frutas, por lo general, añaden color y nuevos sabores a las ensaladas. Añade arándanos para mejorar las funciones de tu cerebro, fresas para obtener vitamina C y ácido fólico; aguacate para bajar los niveles de LDL (colesterol malo).

-Prepararlas como un acompañamiento en la comida principal: Utiliza tomates para completar tu comida, están llenos de un antioxidante llamado Lycopene, y tienen altos niveles de vitamina C, potasio y fibra.

-Refréscate durante el verano: Prepara aguas frescas hechas de sandía para obtener Lycopene, vitaminas A y C.

-Decora tu yogurt o tu cereal: La fruta no solo hará que tu comida se vea más interesante sino que también va a saber muy bien. Añade moras para obtener fibra y antioxidantes y para prevenir enfermedades cardiovasculares, cáncer y osteoporosis.

-Añade fruta a tus comidas: El mango o la piña en un styr-fry añaden un sabor especial y aportan vitamina C y bromelina que ayudan con la digestión.

Aprovechar el poder de las frutas es más fácil de lo que parece cuando prestamos atención a lo que comemos. Los malos hábitos, ya estén relacionados con comida o con cualquier otra cosa, parecen colarse lentamente en nuestras vidas y, cuando menos lo pensamos, notamos que ya hacen parte de nuestra rutina. Pero no tiene que ser así. Cuando tomamos decisiones pensando conscientemente no sólo en lo que queremos ahora sino también en lo que queremos después, es más fácil tomar las decisiones correctas. Disfruta el poder de las frutas, con un mordisco a la vez.  

Manuelita

Parte de esta información ha sido tomada de: http://www.health.com/health/gallery/0,,20606331,00.html

RECETA  ENSALADA DE FRUTAS

Hay una receta ideal para cualquier momento porque es sencilla, rica y no requiere ingredientes complicados. Consistente en usar las frutas que tengas en casa sin tener que ir al súper mercado. Ingredientes:

  • Frutas en buen estado.
  • Miel.
  • Limón.
  • Arándanos secos (no indispensables)
  • Albahaca (no indispensable)
  1. Prepara la ensalada 1 hora antes de servirla para que la fruta esté al clima, la ensalada jugosa y en buen estado sin que se hayan oxidado las frutas más delicadas. Deja la ensalada tapada en un lugar lejos del sol. Si la vas a preparar con más tiempo de anticipación, es mejor guardarla en la nevera.
  2. Selecciona, de acuerdo a la cantidad de ensalada que quieras hacer, algunas frutas que tengas en casa que estén en buen estado. Tratando de que la cantidad sea similar por cada fruta.
  3. Pica las frutas que escogiste en pedazos pequeños.
  4. Revuelve las frutas picadas.
  5. Agrega limón y miel al gusto.
  6. Para decorar puedes ponerle albahaca (puede ser en trozos pequeños, ojalá cortados con la mano) y rociar algunos arándanos deshidratados para darle color.   
  7. ¡Disfrútala!  

Saborea el mundo

manuelita otero

Hay ciertas ciudades que hacen que todo sea más especial. Nueva York es definitivamente una de ellas. Durante una visita que hice hace unas semanas disfruté muchísimo de su encanto porque decidí “vivirla” sin carreras. Sabía que los pocos días que tenía no serían suficientes para hacer todo lo que quería, entonces acepté esto antes de viajar y decidí sencillamente disfrutar sin tener que absorber todo, dejando así que las cosas fluyeran.

No tener casi nada planeado resultó ser el mejor plan porque al perderme caminando por las calles de Nueva York tuve la oportunidad de saborear la ciudad (me rehusé a utilizar un mapa y verme como turista). Y en esa “aventura”, una de las cosas que más disfruté fue la comida en cada esquina, comida deliciosa de todas partes del mundo. A medida que caminaba pasando los food trucks y los diferentes barrios, me deleité viendo cómo la comida de cada área cambiaba simplemente caminando un par de cuadras… Fue una experiencia inolvidable que me recordó lo mucho que me gusta la comida de diferentes regiones.

Estas largas caminatas definitivamente despertaron en mí algo que he querido hacer desde hace algún tiempo: aprender más sobre los platos típicos de cada región. La comida cuenta una historia y es tan gratificante comer algo y poder apreciar sus raíces y los motivos por los que ese plato es como es y además tomarse unos minutos para pensar que de pronto esa receta ha pasado de generación en generación manteniendo muchas tradiciones vivas. Quiero tomar tiempo para saborear un buen plato. Aquí les dejo algunas ideas de cómo pienso lograrlo:

- Cocinando recetas que estén fuera de mi zona de confort y utilizando ingredientes que de pronto no sean muy familiares para mi.

- Probando comidas diferentes, restaurantes diferentes, platos diferentes. En fin... probando cosas nuevas cada vez que pueda, comenzando con el país en donde vivo y aprendiendo sobre comidas de diferentes áreas.

- Enseñándoles a los chiquitos cercanos a mí a comer comidas diferentes desde pequeños. Ellos lo agradecerán en un futuro.

- Viendo programas de cocina que me inspiren.

- Sentándome con amigos y seres queridos a comer. De verdad sentándome a comer, sola o acompañada. Es decir, sin tanto afán, sin celular cerca, tratando sólo de concentrarme en saborear lo que estoy comiendo.

- Respetando los platos diferentes. Lo que para mi puede saber terrible, para alguien más puede ser especial y delicioso.

- Evitando los estereotipos... no toda la comida asiática es china, no toda la comida británica es mala y no toda la comida india es picante.

- Aprovechando mi amistad con personas de otros países para preguntarles sobre sus platos típicos y, por qué no, cocinando con ellos de vez en cuando.

- Y si voy a viajar, voy también a leer sobre la comida de mi destino para aprender un poco más sobre su cultura.

Definitivamente no podemos permitir que las carreras del día a día se interpongan en el arte de disfrutar una comida. Hoy en día hay acceso a tanta información que también hay muchas oportunidades para aprender sobre la historia detrás de los platos que tenemos en frente nuestro.

Si quieres saber qué comidas disfrutamos en Nueva York con mi hija Nikka, visita este link con un blog que ella escribió acerca de nuestra pequeña aventura gastronómica: http://www.myclosetetc.com/blog/2016/7/16/a-foodie-in-new-york

¿Estás lista para probar los sabores del mundo? ¡Disfruta el viaje!

Manuelita

 

Amar tu cuerpo es más que una tendencia en redes sociales

manuelita otero

¿Cuántas veces te has sentido culpable por algo que comiste o porque no te pudiste levantar temprano para hacer ejercicio? Muchas veces cuidadosamente diseñamos un buen plan de ejercicio acompañado de un menú nutricional, pero simplemente no logramos comenzar. ¿Qué tal si la razón no es que no podamos dar ese primer paso, sino que no estamos en el punto de partida?

Para poder comenzar desde el principio, necesitamos una página en blanco, pero muchas veces cuando queremos comenzar una vida más sana esa “página en blanco” está manchada con el pasado. Puede que en nuestra cabeza haya afirmaciones del pasado como “nunca he logrado comer saludablemente” o “no me puedo comer solo una galleta”. ¿Cómo puedes comenzar un nuevo reto si tu mente ya está decidida a que no puedes hacerlo? A veces para tener un comienzo nuevo lo primero que necesitas hacer es perdonarte. Dejarlo ir todo: la crítica, los errores del pasado, la forma negativa como has tratado tu cuerpo, los días que en vez de ir al gimnasio te sentaste a ver televisión... ¡Todo!  

Cuando dejas lo negativo atrás y de verdad te perdonas, puedes cambiar esa culpabilidad y dejar que se convierta en amor propio. Amar tu cuerpo es más que un hashtag de moda o una persona famosa hablando sobre el tema. Para amar y cuidar tu cuerpo tienes que ir más profundo porque es una experiencia muy personal en la que finalmente te enfrentas a ti misma, viendo lo bueno y lo malo.

¿Quieres poner en práctica el auto-perdón cuando se trata de comida y vida saludable? Estos pasos te pueden ayudar:

Ve profundo: Se honesta contigo misma; ve a la raíz del problema. No ganas nada si te mientes a ti misma. Acepta que no eres perfecta y que hay cosas en las que tienes que trabajar, pero celebra que vas por el camino correcto.

Habla: A veces amarse a sí mismo no parece ser suficiente pues estamos bombardeados con tanta negatividad que es fácil olvidarlo. Para resolver este problema háblate positivamente durante todo el día.  No seas tímida, tú lo vales.

Busca soluciones: Puede que estés tan enfocada en el problema que inviertes toda tu energía en él, en vez de analizar las posibles soluciones. Siempre vas a tener problemas, identifícalos y enfréntalos, pero no pases todo tu tiempo pensando en ellos.

Haz un plan: Una vez hayas identificado las causas de tus problemas, define una estrategia para atacarlas. Se realista, conócete a ti misma, busca formas para evitar tus debilidades y distracciones. Tú estás en control de tu vida, no la comida, no el mercadeo, no tus amigas, no las excusas.

Disfruta el viaje: Tener un estilo de vida saludable es un proceso, así que prepárate para un largo camino y asegúrate de disfrutarlo. Celebra pequeños pasos en la dirección correcta y revisa tus planes y metas a menudo. Ama tu cuerpo y has lo que es correcto, no por otros sino por ti.

Por Manuelita

¡Todo el mundo tiene su plato estrella!

manuelita otero

¿Alguna vez has buscado en Pinterest o en diferentes libros de cocina recetas en el último minuto antes de tener invitados en tu casa? A veces hacemos nuestra vida un poco más complicada de lo que debería ser. ¿Quién dijo que era buena idea intentar nuevas recetas al tener invitados? 

Hace unos años me ponía muy nerviosa cuando invitaba amigos a comer a mi casa, buscaba recetas que se vieran bien y fueran fáciles de preparar, pero como no estaba segura de cómo saldrían, siempre terminaba preparando dos platos principales para estar segura. Me alegra tanto que con el tiempo viene la experiencia y la confianza, así que ahora cuando tengo invitados sé que prepararé guacamole que, aunque no es un plato principal, me permite fácilmente crear una comida rica alrededor. Así estoy tranquila porque sé que esto es lo que mis amigos quieren. Es más les gusta tanto el guacamole que no ven la hora de que yo llegue con él... se ha convertido en mi fortaleza culinaria.  

Enfocarnos en nuestras fortalezas culinarias es algo que nos da paz, eficiencia y nos ayuda a disfrutar lo que estamos haciendo. Cuando preparamos una comida para compartir, no estamos solo alimentando a nuestros amigos, queremos hacerlos felices y también nos estamos poniendo en un lugar vulnerable porque todos pueden juzgar lo que hemos preparado. Ahora, si cocinar es nuestra fortaleza eso no es un problema, pero si no somos “buenos” en la cocina o no conocemos nuestras fortalezas, entonces este tema se puede convertir en algo delicado para nosotros. La buena noticia es que con práctica podemos encontrar ese plato especial que nuestros invitados van a disfrutar. Encontrarlo puede ser un proceso, pero uno divertido.

Mi hija está comenzando ese proceso y estamos disfrutando a su lado pues tenemos la oportunidad de probar lo que va preparando. Como a ella le gusta la comida asiática, decidió especializarse en ese tipo de comida. Su primer intento fueron sesame noodles, los escogió porque eran los noodles más fáciles de preparar y tenían pocos ingredientes. Según ella, “era un plato fácil de no fallar”. La primera comida fue… ummm ¿cómo lo podría decir? digamos que yo estaba contenta de no tener que cocinar y que en nuestra casa estábamos felices de verla hacer algo nuevo, así que felicitamos a nuestra futura chef y la animamos para la siguiente semana. 

En esa nueva oportunidad ella preparó el mismo plato, pero esta vez estaba delicioso y la cocina quedó con un aroma increíble que nos dejó a todos atónitos. Ella estaba feliz cuando nos vio disfrutar su creación y nos confesó que después del primer ensayo se sintió tan mal que quería darse por vencida. La siguiente semana decidió tomar un reto nuevo y trató de preparar algo diferente, un arroz frito que le quedó delicioso, y la semana que siguió salió de la cocina triunfante con una sopa increíble: la perfecta combinación de leche de coco y jengibre. Cocinar cada semana se ha convertido para ella en una deliciosa oportunidad para aprender y compartir. Ahora a todo el mundo le cuenta con orgullo sobre sus experiencias culinarias.

Encontrar tu plato estrella es más que simplemente cocinar, es más que comida. Yo pasé tantos años pensando que no podía cocinar y evitando que amigos y familia vinieran a visitarnos para comer porque estaba apenada y angustiada por lo que iba a preparar. Ahora sé que todo el mundo puede preparar un plato delicioso. De pronto tome un poco de tiempo descubrir tus fortalezas en la cocina, pero con un buen grupo de amigos puedes compartir este viaje culinario y, además, disfrutarlo.

Por Manuelita

Recetas en Pinterest:

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Y esos propósitos de año nuevo, ¿cómo van?

manuelita otero

¿Hiciste propósitos de año nuevo? Si los hiciste, ¿cómo van? Este es el momento perfecto -mitad del año- para analizar cómo van las cosas: ¿Has vivido estos meses como lo tenías planeado? ¿Has mejorado en las áreas que querías mejorar y has hecho los cambios que te acercarán a tus metas? Cada día parece pasar tan rápido, pero si tomamos un momento podremos ver si estamos caminando en la dirección correcta.

Según un estudio de la Universidad de Scranton en Pennsylvania y del Journal of Clinical Psychology, el 45% de los norteamericanos usualmente hacen propósitos de año nuevo. Los tres más comunes son: Perder peso, ser más organizados y gastar menos. Según el estudio, el 8% de los que hacen los propósitos los logran. No es fácil alcanzar una meta, especialmente si es algo tan grande que involucra muchos aspectos de nuestra vida, pero de pronto el problema no es el tamaño de nuestra meta, sino la estrategia que usamos para alcanzarla.

Tomemos el propósito más común: perder peso. Hagamos la meta aún más completa y digamos que es tener un estilo de vida más sano. En medio de nuestra emoción de año nuevo y del deseo de mejorar, declaramos el propósito sin pensar lo que necesitaremos para lograrlo y sin trazar un plan. Nos esforzamos, dejamos de comer ciertas comidas, hacemos ejercicio, pero cuando no vemos los resultados que esperamos nos desanimamos… No dejes que la frustración te haga darte por vencida, lee estas ideas y define tu propio plan para de verdad poder alcanzar tu meta:

Se realista: Las fotos de “antes y después” son maravillosas cuando son verdaderas, pero muchas veces pueden ser malinterpretadas porque nos dan la falsa idea de que los resultados grandes pueden alcanzarse fácilmente. La foto no nos muestra el proceso por el que esa persona tuvo que pasar. Las cosas que valen la pena requieren tiempo, sacrificios y decisiones que no siempre nos van a hacer sonreír, por lo menos no en el momento en el que las estamos tomando.  Se realista, ten presente que lograr tu meta va a ser difícil y va a requerir disciplina y decisiones difíciles, pero está bien porque tú puedes.

Mantente en movimiento: Si quieres perder peso y mantenerte en forma, incluye movimiento en tu día.  Parquea un poco más lejos de lo normal cuando vayas a un almacén, toma las escaleras, juega con tus hijos, utiliza las técnicas correctas al limpiar la casa para convertir ese tiempo en una sesión de ejercicio, pasa más tiempo afuera en la naturaleza, apaga el televisor y deja a un lado los aparatos electrónicos. También necesitarás un tiempo definido para hacer tu rutina de ejercicios. Lo bueno es que todas estas actividades te mantendrán llena de energía durante el día.

Se creativa: Ser saludable es divertido, así que se creativa y hazlo parte de tu vida.  Qué tal convertir la próxima “noche de chicas” en un “día de chicas” y explorar juntas un parque cercano. ¿Por qué no hacer más comidas en casa? A veces, es más fácil y divertido. Además, deja que tu familia te ayude escogiendo una receta saludable dejando que ellos la preparen. Incluso los niños pequeños pueden ayudar - claro, con la supervisión de un adulto- y créeme, los niños aprenden muchísimo al cocinar y usualmente se comen todo lo que preparan.

Observa tus señales: Conócete, si sabes que a ciertas horas del día te antojas de comida poco saludable, asegúrate de haber comido algo saludable antes. Si sabes que cuando te da hambre comes lo primero que ves, mantén snacks saludables a la mano. Si sabes que tu cuerpo requiere comer porciones pequeñas a menudo, prepárate. Si sabes que cuando estás triste, nerviosa o distraída comes ciertas comidas poco saludables, presta atención a lo que estás comiendo y  a la razón de por qué lo estás haciendo... ¿Tienes realmente hambre o estás permitiendo que tus emociones dicten lo que comes? No dejes que todas estas cosas te tomen desprevenida, prepárate.

Define tu camino: Cambiar hábitos alimenticios es un proceso que toma tiempo. No te des dos semanas para alcanzar un logro gigante. En cambio, determina un tiempo realista y establece los pasos necesarios para alcanzar y disfruta el viaje. Define fechas para cada paso y celebra cada logro. Cuando la meta es un proceso interno, los efectos durarán, se convertirá en un estilo de vida y las buenas decisiones se convertirán en hábitos. Tú decides el destino, tú decides el camino y tú lo sigues. Finalmente, es tu viaje.

Seré honesta, lograr un estilo de vida saludable no es siempre fácil. A menudo me digo a mi misma que quiero ser una mujer fuerte y estar en forma sin importar mi edad y sé que lo puedo lograr, pero a veces soy consciente de que no estoy haciendo suficiente para lograrlo. Ahí es cuando me pregunto: “¿Qué tanto lo quiero?” Si quiero poder en un futuro -y me refiero a un futuro aún muy lejano- correr detrás de mis nietos y viajar sin problemas, necesito prepararme ahora. Pero en mí ahora a veces estoy tan ocupada y cansada para hacer lo que debería hacer, que se me olvidan mis prioridades. En nuestra vida debemos mantener equilibrio constante. Sacar tiempo para nosotras debe ser una prioridad precisamente para poder mantener ese equilibrio.

Alcanzar nuestras metas es un proceso en el que cada decisión cuenta. Cada logro -grande o pequeño- debe ser celebrado. ¿Cuáles son entonces tus propósitos? Si de verdad quieres alcanzarlos y te preparas, lo lograrás porque tú puedes.

Por Manuelita

¡Adiós estrés, hola visita!

manuelita otero

¿Alguna vez has esperado por meses o semanas la visita de alguien muy especial a tu casa? ¿De un hermano o amigo que no ves hace rato porque tal vez se fue a vivir a otro país? ¿No te gustaría que siempre que invites a alguien especial a almorzar o a comer a tu casa, te puedas sentar con esa persona a hacer visita tranquilamente sin el típico “corre-corre” cansoncito del anfitrión?

A mí me encanta atender a las personas que amo en mi casa y lo disfruto aún más cuando estas se sienten bien y felices. Creo que este es un sentimiento que compartimos muchísimas personas cuando de tener invitados se trata. Sin embargo, el otro día me puse a pensar por qué casi siempre que tengo invitados termino, no cansada, sino “requeteagotada” y hasta con un poco de mal genio. Al punto, a veces, de querer que la visita se vaya y si es pronto, mejor, porque no hay nada más jarto que hacer visita con “cara de ponqué” cuando por dentro uno está que se va corriendo a descansar. Lo irónico de todo este asunto es que luego, si mis invitados se van antes de lo previsto, me da sentimiento de culpa  e incluso me siento triste.

 

Cuando uno es anfitrión el ego empieza a hacer de las suyas: uno quiere que la casa se vea divina - perfecta, en realidad-, que la visita le admire a uno los cuadros, las flores, la música, los hijos, y que si alcanzan, también le echen flores y le hagan venias porque “todo está divino” - incluido uno-  y además, “delicioso”.

Cuando digo que el ego hace de las suyas lo afirmo porque para lograr todos esos piropos de la visita, uno termina involucrando hasta al gato, obsesionándose por la perfección y tristemente sacrificando más de lo que debería.

La verdad es que para quedar “como unas reinas” las mujeres muchas veces planeamos más de lo necesario, gastamos más de lo que tenemos, madrugamos más de lo que deberíamos y nos agotamos bobamente. Y no es que no valore todo lo que hacemos los anfitriones para demostrar nuestro amor a quienes nos visitan, sino que creo que por lucirnos “se nos va la mano” y terminamos sufriendo nuestra visita en vez de disfrutarla.

Por ejemplo, si uno en su diario vivir  tiene sólo 2 horas en la noche para ir de compras, pues no tiene que enloquecerse por sacar las 5 que necesita para poder ir a comprar lo que a uno se le metió en la cabeza que es el menú ideal. La solución puede estar sencillamente en cambiar el menú y, así,  no cargarse de estrés innecesario, porque puede que uno saque finalmente las 5 horas, pero seguramente por esto también dejó de terminar el trabajo que tenía pendiente, de descansar, ir al médico o de hacer alguna vuelta importante… Y desde ahí empieza uno a cansarse con una visita que ni siquiera ha llegado.

Cosas así suelen ocurrir durante el proceso de planeación-preparación de la visita esperada… Uno limpia más de la cuenta, cambia mil veces de opinión con el postre, cocina cosas que no sabe, gasta lo no que tiene y hasta termina “educando” de nuevo a sus hijos para que ese día se porten “a la altura” de la ocasión.

Claro, hay visitas más relajadas que otras, pero la verdad es que cuando se trata de tener invitados sentados en la mesa de nuestra casa, solemos complicarnos más de la cuenta. Así que, quise dedicar un rato a pensar en un par de ideas que pueden ayudar para que cuando sea la hora de decir ¡buen provecho! lo hagamos con una sonrisa sincera y relajada, habiendo disfrutado también la etapa de la organización. Aquí van por si alguien más quiere tomar nota:

  •  Si vives con alguien, pídele a esa persona que te ayude a planear un menú interesante, y si no tienes mucho tiempo asegúrate de que los ingredientes sean fáciles de conseguir.
  • Usa herramientas prácticas para inspirarte. Por ejemplo, en Pinterest hay una infinidad de tableros con ideas muy lindas y fáciles de aplicar a la hora de decorar un jugo, una canasta de pan o de poner una mesa.
  • Aunque suene a frase de cajón, recuerda que muchas veces menos es más.
  • Piensa más en que la experiencia completa sea agradable y no tanto en que cada plato de la comida sea de concurso internacional. Es decir, un plato sencillo con buena música, unas lindas flores y, sobre todo, un buen mood, puede saber mucho más rico.
  • Si no tienes mucho tiempo para arreglar tu casa, decora con cosas que a ti te gusten y que, además, ya sepas cuánto cuestan o dónde se consiguen.
  • Usa sólo el tiempo que tienes realmente disponible para planear-ordenar- decorar-cocinar, incluso dejando ratos libres para posibles imprevistos que aparecen en cualquier momento.

Seguro que cambiando ciertos hábitos a la hora de hacer una invitación a comer, tendremos más alegría para ofrecer con cariño nuestra casa y más energía para que si así lo queremos la “rumba” sea hasta el amanecer.

Por Ana

 

¿Comer bien en medio del corre-corre? ¿Por qué no?

manuelita otero

Un horario apretado y largas horas en un carro mientras nos desplazamos a diferentes actividades durante el día puede dañar nuestro plan de comer saludablemente. Cuando estamos de un lado al otro, de reunión en reunión o en medio del corre-corre normal de las actividades de nuestros hijos y el hambre nos acosa, caemos en la tentación y comemos en el primer lugar que nos encontramos, lo que la mayoría de las veces, la verdad, no es la mejor opción.

No tenemos que rendirnos a nuestra agitada vida y tampoco tenemos que escoger entre una vida muy activa y comer saludablemente.

Comida “para llevar”

Desayuno:

Esta es la comida más importante del día, ¡no te la saltes! Desayunar bien nos ayuda a mantenernos satisfechos y así comemos menos durante el resto del día. El desayuno favorece nuestra memoria, mejora nuestro estado de ánimo y nos da energía para comenzar el día. ¡Además, es tan rico! Busca un poco de tiempo extra en las mañanas y nota la diferencia que hará en tu día y en tu salud.

- Un smoothie de frutas y verduras puede prepararse en menos de 8 minutos o aún más rápido si alistas lo que quieras agregarle la noche anterior y dejas todo listo en el congelador. Así en la mañana lo único que hay que hacer es mezclar y disfrutar.

 

 

 

- Me encantan las tortillas porque puedes hacer desayuno, almuerzo y comida con ellas.  Para un desayuno con burrito coloca huevos revueltos con queso, tocineta o cualquier cosa que te haya quedado de la noche anterior. Dóblalo y el desayuno está listo.

- English muffin con huevo y jamón es otro desayuno para llevar que es fácil y está lleno de proteína.

 

Almuerzo o comida:

- Los sánduches  son un invento maravilloso. Experimenta con ellos, trata diferentes combinaciones con nuevos sabores y especias. Pon muchas cosas verdes en ellos como repollo, espinaca, lechuga, pimentón y así quedarán saludables y deliciosos.

- Las ensaladas son fáciles de llevar y son una oportunidad de experimentar con una fusión de ingredientes que pueden incluir alguna carne o verduras que hayan quedado de la noche anterior, así como también nueces o frutas.

- El arroz es otra buena idea para llevar contigo durante el día para almorzar o para comer. Toma arroz que tengas listo y mézclalo con lo que tengas en la nevera. Añade salsa para darle un sabor mejicano o salsa soya para generar un estilo asiático o especias italianas.  En fin, seguramente tú sabrás encontrar esa combinación práctica, saludable y rica o, simplemente, colócale salsa de tomate como lo prefiere mi hija.

Tener un menú planeado para esos días que son demasiado ocupados, te ayudará a la hora de hacer mercado y agilizará la preparación. También ten siempre a la mano una lonchera, una canasta de picnic, un refrigerador pequeño o lo que quieras usar para poder empacar tu comida rápidamente y poder salir. Recuerda también llevar snacks y agua. Haz que tu botella de agua sea un accesorio tuyo permanente. Puedes colocarle frutas para darle algún sabor o solo limón.

Viajando ligero y comiendo a la vez saludablemente es no sólo posible sino además fácil y delicioso.

Por Manuelita