Lo nuestro
manuelita otero
Hay algo especial acerca de tener tu propio lugar. Comprar tu casa es un paso muy emocionante que da cierto tipo de seguridad y confort que es difícil de explicar. Y así como es de gratificante, no es una meta fácil y toma tiempo. Sin importar la etapa de la vida en la que estemos, incluso si hemos sido propietarias de varias casas, o si todo lo que podemos alcanzar en este momento es el sueño de tener casa, todos queremos experimentar la sensación de ser los dueños de nuestro hogar.
En este momento en nuestra familia estamos hablando mucho de este tema porque nos gustaría de verdad poder comprar nuestra casa. Nos encanta el apartamento en el que vivimos, pero es hora de parar de pagar arriendo e invertir en nuestro propio espacio.
Aunque comprar casa es muy emocionante, no todo es color de rosa. Leer, aprender, y prepararse antes de hacer alguna movida es la mejor forma para abarcar este proyecto. Aquí van algunos de los consejos que hemos estado recibiendo. (Si estás comprando casa, esperamos que te sirvan, pero si ya compraste y conoces más tips, compártelos que a muchos nos pueden ayudar).
Primero lo primero. No tienes que tener una cierta edad o estar en una situación específica para comprar una casa o un apartamento. Puedes comenzar a planear tan pronto como tú quieras y empezar a ahorrar tan pronto como tú puedas. Sé sabia con tus decisiones financieras y desarrolla buenos hábitos financieros. Te lo agradecerás tú misma en el futuro.
Ser dueña de tu casa es una responsabilidad enorme y un compromiso a mediano y largo plazo, así que mejor no lo tomes a la ligera. Claro, no es porque vayas a vivir ahí toda tu vida, pero sí vas a ser responsable de muchas cosas relacionadas con tu propiedad como la gestión de la administración, el estado del edificio o del barrio, los impuestos, entre otras cosas.
Sé realista: ¿cuánto puedes pagar? Analiza cuánto recibes al mes y haz un presupuesto que tenga en cuenta todos tus gastos. Ten en cuenta, por ejemplo, el seguro de la casa, la cuota de la administración y los costos de arreglos y mantenimiento. Si puedes, crea una cuenta para esos gastos inesperados para que así no te sorprendan.
Paga tus deuda. Esto es lo mejor que puedes hacer, sea que estés comprando casa o no. Las deudas son cargas pesadas y mientras más rápido te deshagas de ellas mejor. Y si no las tienes, ¡no comiences a endeudarte!
Crea un calendario realista para que puedas disfrutar el proceso de compra.
Antes de ver opciones, piensa con algo de calma qué te encantaría tener en tu casa y qué “necesitas”. Primero piensa en ti -antes de analizar todo el barrio- pues seguramente querrás vivir en un lugar que realmente te guste. Luego sí piensa en lo que te ayudará a vender más fácilmente la casa en un futuro como acceso a buenas vías, seguridad, buenos colegios o supermercados cerca, áreas para caminar, zonas verdes, parques, proyección y valorización de la zona, entre otras cosas.
Antes de tomar una decisión final, visita los vecindarios a diferentes horas del día, siente el ritmo de vida del lugar, camina sus calles y también sus alrededores, observa quiénes podrían ser tus futuros vecinos y saca tiempo para investigar el área.
No tomes un préstamo a largo tiempo, aunque puede parecer que estés pagando menos, al final pagarás muchísimo más, especialmente en intereses.
En tu flujo de caja al momento de la compra, es decir la plata que vas a tener disponible a la hora de cerrar el negocio, ten en cuenta los gastos de la compra como escrituras, registros, entre otros.
Una vez tengas tu casa, no te apresures a decorarla. Haz primero un presupuesto, así te toque decorar habitación por habitación poco a poco. Eso es mejor que endeudarse.
Y en todo este proceso, deja a un lado el afán y la ansiedad para que no pares de disfrutar ni un día el paso a paso de ser la nueva “dueña” de tu hogar y así puedas hacer una compra no sólo inteligente sino además emocionante.