¡Es mi tiempo!
manuelita otero
¿Alguna vez has querido hacer algo que sabes que te hace muy feliz, pero parecía un poco loco hacerlo, “imposible” y hasta egoísta? No sé si viene con el rol de mamá, pero por años he tomado mis decisiones pensando en mis hijos primero. Ha sido algo automático y ha funcionado muy bien. Personalmente nunca sentí que me hubiera “abandonado” a mí misma por estas decisiones, y no me arrepiento ni por un minuto de haber pensado primero en ellos. He vivido cada momento al máximo. Disfruté a mis hijos cuando fueron bebés. Fui feliz llevándolos al colegio, preparando sus almuerzos y llevándolos a sus actividades extracurriculares. Disfruté los ensayos para las obras de teatro de mi hija y las prácticas de tennis de mi hijo. Y a medida que fueron creciendo, me encantaba llevarlos de un lado a otro, escuchando sus historias, conociendo a sus amigos, recogiéndolos en bailes y preparando snacks a media noche. Ahora, que ya están “grandes”, disfruto verlos enfocados en lo que los apasiona, soñando en grande y trabajando fuertemente para alcanzar esos sueños.
Pero la vida sigue su rumbo y a medida que los niños crecen van necesitando a sus padres de forma diferente, así que cuando aceptaron a mi hija en un curso de actuación durante el verano en Guildhall School of Music and Drama en Londres y ella quería que yo también fuera, inmediatamente acepté. Pudo haber sido la madre protectora en mí queriendo estar con ella mientras viajaba a Europa, o pudo ser la viajera en mí que no pierde una oportunidad para ir a otro lugar o simplemente pude haber sido yo, la mujer que no quería cocinar, ni limpiar, ni manejar durante un mes para poder hacer lo que yo quisiera. ¿Esto último suena un poco egoísta? De pronto, pero creo que todos deberíamos tomar un tiempo a solas. Tiempo para pensar, para caminar sin rumbo -solo por la alegría de caminar- y deberíamos permitir que la curiosidad defina el rumbo hacia donde vamos en esos momentos. Soy consciente del lujo que es tomar un mes lejos de todo y más en ¡Londres! Sé la bendición que fue y sé que Dios fue quien lo hizo posible.
Lo interesante fue la forma como me lo tomé al comienzo. Me sentí un poco avergonzada. Cuando algunas personas me preguntaban ¿vas a ir con tu hija todo el mes?, me sentía culpable contestando “sí” porque la siguiente pregunta siempre era ¿y tú qué vas a hacer mientras ella estudia? Yo sentía que tenía que tener una lista de cosas para hacer como si simplemente ir porque era una oportunidad increíble no fuera suficiente. Así que comencé a hacer una lista de todo lo que iba a hacer: trabajar en un libro que inicié la última vez que estuve en Londres, terminar la revisión de un libro que estamos a punto de publicar, escribir blogs y tomar fotos para Happily Imperfect, hacer tomas para el video de música que va lanzar mi hija, en fin... la lista podría seguir y seguir porque esa es mi naturaleza: hacer, ser productiva, aprovechar todo el tiempo. Pero a medida que el viaje se acercaba decidí que podría tener muchos planes para mi viaje, pero el objetivo esta vez debería ser no tener planes.
Estaba bien decirle a quien me preguntara que no sabía que iba a hacer, pero estaba segura de que sería algo increíble. A veces hacer “nada” también está bien. Y realmente sentía que ese viaje era mi momento. Mis hijos están grandes, tengo un trabajo, tengo tiempo libre, y finalmente he aprendido a disfrutar quien soy. Todo esto requirió tiempo, sacrificio y algunas duras lecciones por eso hoy estoy celebrando.
¿Cómo me fue en el viaje? ¡Fue increíble! Me encantó estar sola y a la vez poder estar presente cuando mi hija regresaba de clases contándome sobre todo lo que había aprendido. Me encantó manejar mi tiempo pensando sólo en mí, sentarme a ver a la gente pasar y escribir y escribir y escribir. Me encantó visitar museos día tras día para ver a veces la misma obra de arte porque cada vez descubría algo nuevo y tenía el tiempo suficiente para encontrarlo. Me encantaron las largas caminatas, las comidas al aire libre (sánduches en los parques), la arquitectura, los lugares más reconocidos y las calles escondidas. Me encantó hacer nada y hacer mucho.
De pronto tomar un mes libre y visitar un lugar lejano y disfrutar tu tiempo sin tantos planes establecidos no es tan fácil, pero de pronto un día, medio día o una hora es más realista. Es una decisión, una actitud… ¿Es este tu tiempo?
Manuelita @manuelitaotero