¿Quieres hijos que disfruten el presente?
manuelita otero
Recuerdo nuestras mañanas. Usualmente, cuando mis hijos estaban más pequeños, me levantaba más tarde de lo planeado pues me había acostado mucho más tarde de lo que quería. Entonces al darme cuenta de la hora saltaba de la cama y comenzaba a gritar para despertar a todo el mundo. Apuraba a mis hijos diciéndoles que hicieran diez cosas a la vez para que no perdieran el bus. Después de despertarlos de esa forma, ellos se ponían de un genio terrible y el ambiente para desayunar se ponía de verdad muy tenso porque tenían que hacerlo a las carreras, y yo no tenía ni un segundo para sentarme con ellos a acompañarlos pues tenía que alistar los almuerzos de llevar y, de paso, me ponía a lavar los platos.
Muchas veces ya habíamos discutido o estábamos en medio de una discusión mientras corríamos hacia el bus. Ya estando mis hijos en el bus, me sentía culpable por la forma como había salido todo y deseaba que todo hubiera sido diferente, pero al otro día repetíamos la misma historia. Las cosas son diferentes ahora. Nos sentamos a desayunar juntos y hablamos sobre los planes del día -vivimos el momento-. Ayuda mucho el hecho de que mis hijos estén estudiando on line porque no hay prisa para tomar el bus, pero más que eso, en realidad es que mi actitud ha cambiado. Un día observé con detenimiento lo rápido que mis hijos estaban creciendo y como pronto saldrían de la casa y comenzarían una nueva etapa en sus vidas. Entonces, caí en cuenta de que no quería perder la oportunidad de compartir este momento con ellos, así que decidí que no iba a dejar que las carreras de la vida me impidieran de disfrutar el presente con mis hijos.
Escuchamos bellas frases sobre vivir el momento y apreciar lo que tenemos y muchas veces estamos de acuerdo y hasta nos gustaría ponerlas en práctica en nuestra vida, pero luego debemos enfrentar la realidad y esos dichos parecen muy lejanos. Todo esto me pone a pensar en una frase que escuché varias veces en mis clases de economía: “ceteris paribus” que significa “permaneciendo el resto constante” y en la vida nunca las variables o cosas que determinan una situación se mantienen constantes o de la misma manera. Hay factores que sencillamente afectan nuestros planes y los echan por la ventana y, así, se hace difícil poner en práctica esas frases para tener una vida “perfecta”.
¿De qué vale que le diga a mis hijos que vivan el presente, si yo estoy haciendo de ese presente una experiencia difícil y si además me ven preocupada por el mañana cuando el día apenas está comenzando?… ¿Si ven que no puedo ni siquiera sentarme a ver una película porque tengo que doblar ropa?
Para enseñarle a nuestros hijos a disfrutar el momento necesitamos mostrarles cómo hacerlo. Es importante enseñarles que no siempre tienen que estar ocupados. Además, necesitamos tener cuidado de que las pequeñas distracciones del día a día no nos roben los recuerdos más importantes con ellos, pero ¿cómo hacemos todo esto? Las acciones hablan más fuerte que las palabras y, como padres, todas nuestras acciones están siendo observadas constantemente. Nuestros hijos están aprendiendo de lo que nos ven hacer... ¿Los estamos escuchando a medias mientras revisamos el mail o nuestras redes sociales? ¿Los dejamos hablando solos para contestar un mensaje de texto? Si queremos que nuestros hijos nos presten atención, debemos prestarles atención. Dejemos verles que estamos viviendo en el momento, en el presente. Aun desde muy temprana edad, los niños saben cuándo nosotros estamos conectados emocionalmente con ellos.
Aquí hay unas ideas para enseñarle a tus hijos a vivir y disfrutar el momento:
Diles una cosa a la vez: Yo no sé si todas las mamás hacen esto, pero muchas veces yo les digo a mis hijos que hagan cinco cosas a la vez y, la verdad, a ellos eso no les gusta. Ahora que son mayores les digo que cuando yo caiga en ese error, ellos me ayuden haciéndome caer en cuenta. Ellos me dicen: “solo podemos hacer una cosa a la vez” -y no lo dicen de mala forma- sencillamente es la verdad. Continúo pensando que puedo hacer muchas cosas a la vez y antes me sentía orgullosa de esta habilidad, pero ahora me he dado cuenta que después de todo eso no es tan bueno.
Acepta no saber: Hacer planes es necesario, importante y divertido. Tener objetivos nos da dirección y motivación. Necesitamos cronogramas y horarios para hacer nuestros sueños realidad, pero a veces nos preocupamos demasiado sobre el futuro. A veces queremos controlar todo y tener certezas, pero cuando nos damos cuenta que no hay mucho que podamos controlar encontramos libertad y fluidez. Necesitamos enseñarle a nuestros hijos que los planes sí son maravillosas guías, pero no camisas de fuerza. Es bueno que los niños aprendan que no siempre van a obtener lo que quieren y que no por eso deben desanimarse, pues si trabajan fuertemente y dan lo mejor de sí mismos, buenas cosas sucederán en algún momento; incluso mejores de lo que habían planeado. Así que sé flexible y deja que la espontaneidad sea parte de tu vida. Deja un espacio para cambios de última hora y aprende a sentirte bien con no saber a veces qué va a pasar y a qué horas va a pasar.
Define áreas y momentos libres de tecnología: La tecnología es maravillosa y poder estar conectados es un gran beneficio, pero también es necesario tomar tiempo para desconectarnos. Para que nuestros hijos aprendan a vivir en el momento, necesitan dejar a un lado la tecnología, así se pueden enfocar en lo que los rodea en vez de estar solo mirando las pantallas de sus aparatos electrónicos. En su libro “The Big Disconnect”, Catherine Steiner-Adair explica el impacto negativo que nuestra dependencia de la tecnología está teniendo en el desarrollo de nuestros hijos: “Mientras padres e hijos están disfrutando de tener acceso constante a todo y a todo el mundo en internet, están sufriendo por mantener una conexión real con cada persona en sus propias casas.” Es triste pensar como los aparatos electrónicos están interfiriendo tanto en la forma en como los niños aprenden a relacionarse con sus familiares, lo que seguramente afectará sus relaciones futuras.
Haz lo que te gusta hacer: En su libro Daring to be Yourself Alexandra Stoddard afirma que “No vivimos nuestras vidas de año en año o de mes en mes; vivimos de momento en momento”. Eso es lo que se queda en nuestra mente: los momentos especiales. Esos momentos son los que les estamos dejando a nuestros hijos. Deja que tus hijos te vean haciendo lo que te gusta hacer e invítalos a que te acompañen o a que ellos hagan lo que les gusta hacer. Entrena tus sentidos para simplemente ser, escuchar, oler, apreciar el cielo, las flores, los árboles. Camina más, explora más, saborea más. Vive a un paso lento en medio de la prisa.
La mayoría de nosotros tenemos vidas agitadas, créanme yo lo sé. En nuestra familia tenemos tantas cosas sucediendo a la vez, y sé que muchas personas nos ven y piensan que tenemos una vida demasiado ocupada. Y sí, puede parecer un poco caótica, pero en medio de esas carreras encontramos tiempo para hacer lo que vale la pena. Siempre nos reunimos como familia, nos sentamos a comer y compartir nuestras comidas para reírnos y hablar un rato. De alguna forma, encontramos nuestra propia manera de disfrutar nuestro ahora.
Todos somos diferentes. Te pueden dar ideas, pero nadie te puede decir exactamente cómo disfrutar tu presente o cómo enseñarle a tus hijos a hacerlo. Busca tu forma, habla con tu familia y juntos decidan cómo van a vivir el momento. No dejes que la vida se convierta en una lista agobiante de cosas por hacer, deja que sea una celebración y una celebración merece tiempo para disfrutarla.
Por Manuelita