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Family and Friends

Para dar no tienes que ir lejos

manuelita otero

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Gran parte de los mejores recuerdos que tenemos de viajar en familia no están relacionados con los lugares que visitamos, las cosas que hicimos o los hoteles en los que nos quedamos. Los mejores recuerdos están relacionados con el hecho de dar.

Dar durante unas vacaciones es todo un proceso: primero, hay que hacer los contactos para visitar orfanatos, hospitales, iglesias o cárceles. Después, hay que comprar o organizar en familia las cosas para llevar - es muy emocionante ver la alegría de tus hijos mientras hacen collares o tarjetas, empacan dulces o regalitos- y, por último, hay que organizar toda la logística una vez llegas a tu lugar de destino: el horario, el transporte, entre otras cosas.

Compartir un partido de fútbol con niños en un orfanato, leer cuentos con niños enfermos o simplemente compartir una sonrisa y una comida con alguien que realmente lo necesita, son algunas de las tantas cosas que podemos hacer. Dar durante los viajes no tiene precio y fácilmente se convierte en la parte favorita de las vacaciones.

Hay algo poderoso al dar. Hay tanta alegría cuando logramos que alguien sonría y cuando podemos ayudarle a personas que lo necesitan. ¿Significa esto que para poder dar necesitamos viajar a lugares exóticos y lejanos o ir en misiones especiales? Yo creo que muy dentro sabemos que para dar lo único que tenemos que hacer es abrir nuestro corazón y estar dispuestos. Una vez hacemos esto comenzamos a ver oportunidades en nuestro vecindario, nuestra ciudad, en el colegio de nuestros hijos y en nuestro lugar de trabajo.

Lo mejor es que para empezar no tenemos que ir muy lejos pues dar comienza en casa. Ahí es donde se establece un ambiente en el cual podemos dar mucho, pero también podemos recibir mucho. Como mamá puedo decir que muchas veces le mostramos a nuestros hijos que nosotras, mamás, damos constantemente, pero se nos olvida enseñarles que ellos también necesitan dar, y no solo a nosotros, sino a todos en casa. Muchas veces, sin darnos cuenta, le estamos enseñando a nuestros hijos que para que ellos den tienen que recibir, creándoles así una idea errónea de que son dueños del derecho de recibir sin hacer su parte. En algunos casos muchos niños no hacen nada en la casa, a menos de que se les dé algo a cambio cuando lo sano es que en una familia todos estén pendientes de las necesidades de los otros sin esperar recompensas por ello.

Mientras más damos, más fácil se vuelve el proceso de dar. Así que aquí hay una lista de ideas para hacerlo. Añade otras cosas y notarás cómo dar se convierte en una parte esencial de tu vida:

  • Da cumplidos honestos. ¿A quién no le gusta escuchar algo positivo? Te sorprenderá lo fácil que es hacer que alguien sonría.
  • Da ánimo en diferentes formas: notas, mensajes de texto, mails o tarjetas.
  • Da tiempo a alguna organización que trabaje en una causa en la que tú creas
  • Da amabilidad: saluda a extraños, da las gracias y sonríe a quienes te ofrecen un servicio.
  • Da amor a aquellos cercanos a ti. Se creativa. Hacer pequeñas sorpresas no toma mucho tiempo ni dinero.
  • Da a tu familia un descanso de la rutina y planea algo inesperado.
  • Da tu completa atención cuando hables o escuches a alguien.
  • Da detalles a quienes añaden valor a tu vida: galletas a la persona que te colabora en tu casa, un postre a los entrenadores de tus hijos o una nota a alguien que te ayudó de manera especial.
  • Da comida a una organización que esté ayudando a erradicar hambre en tu ciudad.
  • Da  tu tiempo para cuidar a los niños de una pareja que necesita salir sola.
  • Da el regalo de escuchar sin juzgar a alguien que esté en problemas.
  • Date un descanso y haz algo que te guste cada día.
  • Da experiencias, abre tu hogar a familia y amigos. Comparte risas, palabras y buena comida.

Cultivar un ambiente de dar toma tiempo y práctica, pero los efectos en tu familia y en nuestra sociedad harán que el reto valga la pena, terminan convirtiéndose en parte del legado que deseamos dejar.

 Por Manuelita