¿En problemas?
manuelita otero
El otro día mis hijos y yo tuvimos que enfrentar noticias difíciles, esas que te desaniman y te roban la esperanza en segundos. De repente nos sentimos desanimados y agotados, ninguno de nosotros se atrevía a expresar lo que estaba sintiendo así que decidimos tomar un tiempo a solas para tratar de procesar lo que habíamos acabado de escuchar.
Cuando mis hijos están tristes mi deseo inmediato es abrazarlos y decirles que todo va a estar bien, pero con el tiempo he aprendido que tanto los niños como los adultos necesitamos darnos el permiso de sentir diferentes emociones, incluidas la tristeza y la frustración. Esto no quiere decir que tenemos que permitir que las emociones definan o controlen nuestras acciones, pero sí significa que estas son reales y que debemos reconocerlas para aprender a lidiar con ellas. Guiar y apoyar a nuestros hijos cuando enfrentan situaciones difíciles, es algo que les ayudará en el futuro cuando las tengan que afrontar solos. Aquí hay algunas ideas de cómo comenzar:
- Tiempo a solas y tiempo juntos: Como padres muchas veces asumimos que sabemos cómo se sienten nuestros hijos y rápidamente ofrecemos soluciones a sus problemas, pero no siempre lo sabemos y asumirlo es una falta de respeto hacia ellos. Darle la oportunidad a un niño de analizar sus emociones y de reconocer que está sintiendo es una gran herramienta para el futuro. Ellos no necesitan a alguien que les ofrezca una solución rápida, pero sí necesitan entender las razones por las que se sienten como se sienten y luego, sí, a una persona que los escuche y los guíe. Por esta razón es tan importante que tengan primero un corto tiempo a solas.
-Hablar: Los niños necesitan aprender a compartir sus sentimientos. Las relaciones se construyen a través del tiempo y crear un buen canal de comunicación puede que sea un proceso largo. Genera espacios en los que tus hijos se sientan libres de expresar sus sentimientos; mientras más pronto comiences, más fácil será hablar sobre cualquier tema.
-Sin juzgar: Una de las razones por las que los niños no comparten sus sentimientos es porque tienen miedo a ser juzgados. Tus hijos quieren tu aprobación y si les dices cosas como: “eso es algo muy tonto”, “eso no va a pasar”, “olvídalo ya y deja de preocuparte por todo” van a sentir que los estás juzgando y comenzarán a monitorear lo que comparten contigo.
- Y ahora qué: Una vez se hayan identificado las causas de los sentimientos de tus hijos, será más fácil definir qué cosas están bajo su control para cambiar lo que se pueda y qué cosas no pueden cambiar. Enfocarse en lo que sí pueden hacer y no perder su paz por cosas que no pueden controlar, les ayudará a dejar a un lado la preocupación.
-”Mírame”: Tus hijos te están mirando, especialmente mientras vives situaciones difíciles. Ellos, en la mayoría de los casos, harán lo que te ven hacer. Las acciones son poderosas así que practica lo que predicas. No tengas miedo de expresar lo que sientes, pero trata de tener una buena actitud.
En toda situación puedes crecer y de toda experiencia puedes aprender para el futuro, incluso puedes ayudar a otros mientras pasas por momentos difíciles de tu vida. Todo depende de cómo decidas enfrentarlos.
Después de tomar tiempo para reflexionar y compartir lo que estábamos sintiendo, mis hijos y yo tomamos la decisión de que haremos todo lo posible para ser parte de la solución del problema, pero pase lo que pase no vamos a dejar que el estrés nos ataque. Vamos a utilizar las malas noticias como una motivación para continuar con ánimo, manteniendo una actitud positiva porque así es como las historias interesantes se escriben y la nuestra será una de esas.
Por Manuelita