El sabor de la victoria no siempre es dulce
manuelita otero
¿Alguna vez has estado en una discusión con alguien sobre algo aparentemente pequeño e insignificante y de repente la discusión se sale de control y se convierte en algo más grande de lo que podrías imaginar? Cuando esto ocurre, de un momento a otro estás discutiendo sobre cosas que no tienen nada que ver con lo inicial. Entonces explotas y después dejas de hablar con la otra persona. Sientes furia, dolor y confusión acerca de lo que acaba de suceder.
The Free Dictionary define una discusión como una situación en la que las partes involucradas expresan desacuerdo mutuo. Es poco realista que siempre estemos de acuerdo con las personas a nuestro alrededor, especialmente con las más cercanas. Las discusiones no son necesariamente algo malo porque son parte de la vida. El problema es que a menudo no sabemos cómo discutir.
Si de verdad quieres a las personas con quien discutes, seguramente quieres aprender cómo convertir las discusiones en oportunidades para conocerte mejor y entender mejor a otros. Esto puede ser un buen comienzo:
-Las palabras importan: Hay una diferencia importante entre decirle a alguien “eres perezoso” o decirle “no recogiste la ropa”. La primera frase es un ataque directo a la persona y si alguien te ataca, lo más seguro es que te vas a defender y seguramente a contra atacar. La segunda frase, en cambio, describe la situación o el evento que inició la discusión. Así que es mejor irse por el segundo camino.
-Todo o nada son palabras que no funcionan: En una discusión palabras como “nunca o siempre” por lo general llevan a una discusión más fuerte. La mayoría de las veces no son ciertas y están impulsadas por sentimientos personales que puede que no estén relacionados con la causa real de la discusión o las decimos por la rabia del momento; lo cierto es que aparecen a menudo y por eso es mejor tratar de evitarlas para no hacer generalizaciones que puedan ser hirientes.
- Pausa: Muchas veces, en medio de una discusión, los sentimientos del momento puede que te hagan decir cosas muy ofensivas. Una vez una palabra sale es imposible hacer que regrese, el daño está hecho y no hay nada que hacer. Conócete lo suficientemente bien para darte cuenta cuando necesitas unos minutos para calmarte. Así puedes evitar problemas graves causados por el enojo.
- ¿Ganar?: Lo más probable es que cuando discutes quieras ganar, quieras estar en lo correcto y puede que hagas cosas que no están del todo bien para lograr esa “dulce” victoria, pero ¿vale la pena? ¿estás dispuesta a herir a alguien a quien quieres solo para “tener la razón”?
- Ve más allá: Si algo te está molestando demasiado o está apareciendo a menudo en tus discusiones, entonces necesitas encontrar la raíz del problema, los motivos reales de lo que te está molestando.
- El juego de la espera: Esperando que las cosas se mejoren solas con el tiempo, que se calmen y que la relación regrese a “la normalidad” sin pedir perdón o sin hacer un análisis de lo que sucedió es una invitación directa a que sucedan una y otra vez. No esperes demasiado para decir “lo siento”. No dejes que el orgullo se atraviese en el camino, y luego sea demasiado tarde.
- Pelea de manera justa: No digas cosas con la intención de herir a otra persona. No digas mentiras ni agrandes la verdad. No manipules ni uses información que sabes que hace sentir a la otra persona muy vulnerable.
Debes estar pensando que todo esto tiene sentido, pero también debes saber por tu propia experiencia que cuando comienzas una discusión seguramente no vas a recordar si quiera algo de esto. Puede que tome varias discusiones e incluso tengas que “morderte la lengua” en más de una ocasión para evitar decir lo que no quieres y lastimar a los demás. Lo bueno es que puedes hablar con esa otra persona con la que a menudo discutes para acordar -antes de que comience la siguiente “pelea”- discutir inteligentemente, respetar ciertas reglas y ayudarse mutuamente a reconocer ciertas cosas que no están bien y que cada uno hace en medio de una discusión acalorada. Sé más inteligente que una discusión y acuerda poder estar en desacuerdo.
Manuelita