¿Mamá o amiga?
manuelita otero
Ser mamá o papá puede ser un poco confuso, por decir lo menos, y toda la información que existe disponible hoy en día lo hace aún más difícil. Los lineamientos y guías que hay por todas partes van desde lo que es muy estricto hasta lo que es extremadamente relajado. A veces demasiada información es más dañina que útil. Cuando estaba embarazada de mi primer bebé compré el libro What to expect when you’re expecting. Leí las primeras páginas muy emocionada, pero unos días después me ocupé y no pude continuar con el libro. Ese fue el primer y último libro que leí sobre crianza. Un año y medio después, dos bebés y un trasteo a Australia definieron el tono: no había tiempo para leer los últimos consejos o tendencias sobre cómo ser buen padre. Así que lo hicimos a nuestra manera, y salió muy bien. ¿Son mis hijos perfectos? No y está bien, porque ese no era el objetivo. Hoy en día son jóvenes increíbles y estoy muy orgullosa de ellos. El camino a su lado ha sido maravilloso y he disfrutado cada minuto.
Ser papá o mamá definitivamente no es una tarea fácil, pero tampoco tienes que hacerla más difícil de lo que es. Puede que sientas mucha presión por todas partes o que estés preocupada porque no estás haciendo todo lo que se supone deberías hacer, cuando en realidad lo único que tienes que hacer es disfrutar tu maternidad como un tesoro. No hay métodos perfectos, como todo en la vida, ser padre requiere amor y mucha paciencia. Hoy quiero compartir lo que he aprendido de mi experiencia como mamá:
-Los niños necesitan límites. No pueden hacer lo que quieran cuando quieran. Si no aprenden sobre límites en la casa, ¿Entonces donde aprenderán? ¿En internet? ¿De sus amigas? ¿De la sociedad? No tengas miedo para definir límites.
-Los niños necesitan escuchar un “no” de vez en cuando, no pueden tener todo lo que quieren porque todo lo que quieren puede que no sea todo lo que necesitan, así sean cosas buenas. Ellos necesitan desarrollar persistencia, disciplina y aprender a trabajar por lo que sienten que es su propósito.
-A veces tus hijos van a tener que hacer cosas que no quieren hacer y eso también está bien. Puede que no quieran lavar los platos, visitar a un familiar enfermo, apagar el teléfono durante las comidas, pero ni modo porque así es la vida: a veces tenemos que hacer cosas que no queremos hacer, pero que sabemos que servirán para el beneficio de todos en casa.
-Los niños necesitan verte hacer lo que tú les estás diciendo que hagan. Ellos necesitan aprender modales y buenas costumbres de ti, necesitan escuchar cómo le hablas a otros y cómo tratas a los demás. Ellos están mirando todo lo que haces.
-Los niños necesitan horarios para crear hábitos y organizar su tiempo y esto lo aprenden en la casa dependiendo de los límites que establezcas desde pequeños.
-Los niños necesitan explorar sus talentos, saber qué los apasiona, aprender a maximizar sus habilidades, compartir sus dones y ser felices siendo quienes son; y eso comienza en la casa. Ellos necesitan tu apoyo.
-Los niños necesitan saber que tú los amas pase lo que pase, necesitan saber que así se equivoquen tu amor no va a cambiar. De esta forma será más fácil hablar de temas difíciles porque ellos, así no lo crean, necesitan tu dirección.
Entonces, ¿deberíamos ser amigos o padres? ¿Qué tal los dos? Se la amiga que es honesta, que puede decir las cosas como son -con respeto y cariño-. Se la amiga que dice la verdad, que está disponible sin juzgar, pero que a la vez está dispuesta a corregir y a guiar. Se la madre que no espera perfección de un hijo, que está lista para escuchar diferentes puntos de vista y perspectivas, que tiene reglas y las hace cumplir con amor. Se una líder, un ejemplo, se vulnerable y fuerte, pero sobre todo, se tú, porque tus hijos no necesitan la última tendencia en crianza, te necesitan a ti.
Manuelita @manuelita