¿Estás "saliendo rumbo a" o "quedándote en"?
manuelita otero
¿Alguna vez has entrado a una habitación y se te olvida rápidamente a qué fuiste? ¿O comenzaste tu día lleno de ideas, proyectos y objetivos solo para ver al final del día que no lograste ninguno? Es fácil distraerse, perderse en un mar de “cosas” que requieren nuestra atención y se roban nuestro tiempo. Las pequeñas distracciones puede que no parezcan ser un gran problema, ¿pero qué tal si hay algo más profundo? ¿Si hay algo que no sólo te distrae, sino que también está evitando que vayas a donde Dios quiere que vayas?
“Téraj salió de Ur de los caldeos rumbo a Canaán. Se fue con su hijo Abram, su nieto Lot y su nuera Saray, la esposa de Abram. Sin embargo, al llegar a la ciudad de Jarán, se quedaron a vivir en aquel lugar, y allí mismo murió Téraj a los doscientos cinco años de edad.” (Génesis 11:31-32) Había un plan claro, un comienzo y un destino final, pero algo sucedió mientras viajaban del punto A al punto B. No sabemos qué pasó y qué hizo que cambiaran los planes, pero podemos tomar este versículo y observar que al aplicarlo a nuestras vidas nosotros también tenemos recorridos por completar. Puede que sean viajes físicos o otro tipo de “viajes” que hacemos en la vida. Lo cierto es que cada día comenzamos con un papel en blanco y, si queremos, con una lista de metas para ese nuevo día; metas que eventualmente nos ayudarán a lograr un objetivo mayor. Todo es un viaje... paso por paso, punto por punto.
Mirando el versículo en Génesis, estas palabras llamaron especialmente mi atención: “salió rumbo a” y “se quedaron”. Cuando pienso en la expresión “salió rumbo a”, pienso en algo emocionante: en una oportunidad, en algo grande y positivo. Por el contrario, la expresión “se quedaron” me hace pensar en estar conforme o resignado con algo, a sabiendas de que hay algo mucho mejor y más grande que podría alcanzarse. Las decisiones que nos hacen sentir en “lugares” muy seguros puede que no sean siempre las mejores. ¿Dónde estás tú? ¿Estás “saliendo rumbo a” o “quedándote en”? ¿Hay un lugar donde tú sabes que debes ir y un objetivo que sabes que Dios ha puesto en tu corazón, pero el trabajo es muy difícil, los retos demasiado altos, el sueño parece ser muy grande y has decidido “quedarte en”?
Es fácil hacer estas preguntas, pero encontrar las respuestas puede ser un reto más grande. ¿Cómo puedes lograr conseguir las respuestas? ¿Cómo puedes saber si de verdad estás donde debes estar o si sólo estás en un punto seguro, pero que no es necesariamente el mejor para ti? Podemos encontrar una pista en el siguiente versículo: “El Señor le dijo a Abram: «Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, y vete a la tierra que te mostraré… Abram partió, tal como el Señor se lo había ordenado” (Génesis 12:1;4) Dios tenía un plan y ese plan no cambió por las circunstancias o las decisiones que las personas tomaron en ese momento. A Dios no se le olvidó a dónde le había indicado a Teraj ir. El destino final no cambió, así que Dios le dijo a Abram que recogiera sus cosas y comenzara el viaje. Y Dios hace lo mismo en nuestras vidas. ¿Cómo se ve eso reflejado en tu día a día? Puede que no escuchemos la voz de Dios tan claramente como Abraham, pero eso no quiere decir que Él no nos esté hablando. Dios nos conoce mejor de lo que nos conocemos nosotros mismos y nos habla de diferentes maneras. A algunas personas les habla por medio de sueños, a otras mientras disfrutan el silencio rodeados de naturaleza, y a otros les habla, incluso, en medio de una ruidosa ciudad. Dios utiliza señales, personas y situaciones para decirte sus planes. Toma tiempo para escribir los pensamientos e ideas a medida que van llegando a tu mente y luego mira a tu alrededor por pistas, señales o confirmaciones clave.
Hay un plan, Dios tiene un propósito para tu vida y quiere guiarte. Pregúntale, saca tiempo para escuchar Su respuesta y alístate para seguir Sus instrucciones. ¿No te parece emocionante saber que Dios es nuestro guía? ¿No te parece emocionante pensar que hay un propósito grande para ese emocionante viaje al que llamamos vida?